No subestimar al virus
El informe del Departamento de Estadísticas e Información de Salud, DEIS, con fecha 14 de enero, donde destaca que de 1.800 decesos ocurridos en la región durante el año pasado, 293 corresponden a pacientes con COVID positivo confirmado.
Lo anterior da cuenta que este desconocido virus Sars Cov-2 fue la principal causa de muerte en 2020 en la región de Tarapacá, superando a los fallecimientos por tumores malignos, que siempre lideraban.
Esta negra cifra da cuenta de al menos dos cosas de gran relevancia. En primer lugar es una prueba de que se trata de un virus que más allá de causar estragos en la red sanitaria, debido a su alta contagiosidad genera muchas muertes.
En segundo lugar y no menos importante es que todo el despliegue generado por los gobiernos, no solo en Chile sino en el resto del mundo evitó que la mortalidad hubiese sido mucho peor, puesto que además de la implementación de cuarentenas y protocolos sanitarios, se hizo un refuerzo de los equipos de salud y la compra de infraestructura crítica que permitieron amortiguar lo dañino de un virus que se propaga rápidamente en la población.
Un ejemplo de lo último fue el caos que ha provocado luego que Iquique saliera de confinamiento y terminara avanzando a fase 3, tras una serie de presiones no solo de los empresarios sino de muchas autoridades, donde tras el relajo en las medidas en la actualidad tenemos una Unidad de Pacientes Críticos por sobre de su capacidad, una decena de traslados aeromédicos y más de 130 personas hospitalizadas.
Es importante volver a tomarle el peso a los efectos del virus, para poder enfrentarlo con similar seriedad con la que se tomó en marzo del año pasado, donde muchas personas incluso se confinaron antes de que la autoridad impusiera las medidas.
Es importante ser prudente, pero por sobre todo solidarios con aquellos a los que esta enfermedad hace más daño, como los son los adultos mayores y enfermos crónicos, puesto son ellos los que la pasan peor y en un elevado porcentaje pierden la vida. Los más de 17.000 fallecidos en el país y 300 de la región son una prueba tangible de que el virus es muy dañino.
"Es importante volver a tomarle el peso a los efectos del virus, para poder enfrentarlo con similar seriedad con la que se tomó en marzo".