opinión
Un país, dos sistemas
Las más altas autoridades de gobierno insisten en señalar que nuestras fronteras internacionales están cerradas, con excepción del Aeropuerto de Santiago, del cual ya han sido devueltos más de 800 ciudadanos extranjeros por no cumplir los requisitos para ingresar al país.
Ese es un Chile, pues existe otro distinto, el del Norte Grande, por donde miles y miles de personas han ingresado a nuestro territorio, algunos sin cumplir las normas migratorias ni sanitarias y forzados por la necesidad de dar una mejor vida a sus familias. Usando a Tarapacá y a Iquique como puente, para llegar a otras zonas del país, se estiman en unos 18.000 desde que se "cerró" la frontera y unos 1.200 sólo en lo que va de este año. Estas son las cifras conocidas, pues al no existir control, se ignora la real magnitud de esta crisis.
Por esta falta de resguardo pagan los propios migrantes, que quedan en absoluta desprotección, y nuestras comunidades que han debido soportar largas cuarentenas, con el daño psicológico y económico que conlleva. Vecinas y vecinos que se ven obligados a encerrarse, mientras las calles están llenas de personas, algunas que no guardan ninguna norma y que, además, copan residencias sanitarias y espacios públicos. Esto, termina por generar en algunos sectores un peligroso sentimiento antinmigrante que era, y debe seguir siendo, totalmente ajeno al iquiqueño.
Es difícil entender a nuestros gobernantes: recordemos que, antes de la pandemia, este mismo Presidente cambió las normas migratorias para el ingreso de ciudadanos venezolanos, miles fueron devueltos en las fronteras y centenares dormían afuera del consulado de Chile en Tacna o en la carretera, a la espera de una visa. En ese tiempo las fronteras estaban abiertas y no había pandemia. Y hoy, con las fronteras "cerradas" y con crisis sanitaria, ingresan con mayor facilidad y en mayor cantidad. ¿Cómo se explica?
La justicia determinará las responsabilidades específicas de cada autoridad en este tema y sus consecuencias sanitarias, económicas y sociales para las ciudades del norte de Chile y todo el país. De igual modo, deberá establecer si esta omisión de cumplimiento del deber es sólo negligencia culpable o tiene algún objetivo político o interés de otra naturaleza, dado que se da con el trasfondo de encontradas posiciones sobre la nueva Ley de Migraciones. Desde ya, seguiremos levantando la alfombra bajo la que se quiso esconder por tanto tiempo este tema.
"La justicia determinará las responsabilidades específicas de cada autoridad en este tema"
Mauricio Soria Macchiavello,, alcalde de Iquique