Proceso de vacunación

Siempre he resaltado lo bueno que hace el Gobierno y también he realizado críticas constructivas cuando, a mi juicio, se equivoca. Lo hice la semana pasada, a raíz del número de vacunas que envió a la región de Tarapacá en el primer embarque que llegó al país y que se destinaron al personal médico, que era la prioridad como lógicamente debía serlo.

Sin embargo, ello no había ocurrido así en nuestro hospital, donde solo llegaron, inexplicablemente, 160 dosis que no alcanzaron para vacunar a todo el personal, siendo diametralmente opuesto a lo ocurrido en otras regiones, en que el número enviado sobrepasaba al personal de salud.

Esta semana, el Presidente anunció el calendario para el proceso de vacunación masiva que se llevará a cabo en nuestro país para prevenir el Covid-19; comprometiéndose también, en enviar a la región 36.000 dosis de vacunas que se aplicarán a partir de la próxima semana comenzando el proceso con la población de mayor riesgo. El personal médico del hospital tendrá la prioridad, según nos han confirmado las autoridades. Obviamente no puede ser de otra manera, pues son ellos los que día a día exponen su salud y su vida para cuidar de toda la población.

Con la misma fuerza que criticamos el inexplicable error cometido en la distribución de las primeras vacunas con nuestra región, reconocemos la gran gestión que el Gobierno, el Ministerio de Salud y el Ministerio de Ciencias ha hecho en esta materia, lo que ha posibilitado que hoy el país pueda tener acceso a tres de las vacunas ya reconocidas y validadas a nivel mundial como son la Pfizer-Biontech, Sinovac y la AstraZeneca-Oxford; todas también ya aprobadas en Chile por el Instituto de Salud Pública.

Esto permitirá, como fuera anunciado, que durante los meses de febrero y marzo sean vacunados no solo todo el personal de salud, sino que también los adultos mayores y los enfermos crónicos, es decir toda la población de riesgo. Y que, durante el primer semestre del 2021 se vacune al resto de la población, alrededor de 15 millones de personas.

El desafío no es menor, será un proceso complejo, que tiene por finalidad entregar a la población una vacuna segura, eficaz y lo más oportuna posible, que permita proteger la salud y vida de las personas, que trabajarán en conjunto Ministerio de Salud, Servicios de Salud, Hospitales, Atención Primaria de Salud, Centros de Salud, Municipios y por cierto de la colaboración de la ciudadanía para que este proceso sea exitoso.

"Será un proceso complejo, que tiene por finalidad entregar a la población una vacuna segura, eficaz y lo más oportuna posible".

Luz Ebensperger Orrego,, senadora por Tarapacá

A casi dos años del viaje del presidente Piñera a Cúcuta la tormenta de la migración irregular venezolana está desatada y agravada por la difícil condición sanitaria debido a la pandemia. Antes de realizar dicho periplo para cumplir con la parafernalia de entregar ayuda humanitaria, Chile era el quinto país de destino de migración venezolana. Hoy Chile es el tercero, superando a países mucho más cercanos geográficamente de Venezuela como Ecuador.

¿Qué pasó? ¿Acaso la expectativa del compromiso de ayuda y el anuncio de la Visa Responsabilidad Democrática posicionaron a Chile como un destino de interés? Todo indica que lo fue.

Resulta que antes de la crisis migratoria, los venezolanos podían ingresar al país con cédula de identidad, al igual que los ciudadanos de los países del MERCOSUR, pero con la Visa de Responsabilidad Democrática se comenzó a exigir pasaporte y debido a la escasez, tramitarlo en Venezuela es una odisea aparte, por lo que dicho programa de Visas lejos del objetivo de "ordenar la casa", terminó incentivando la inmigración irregular.

Hoy, en la situación sanitaria más compleja de los últimos cien años se desató la tormenta perfecta: cada día 200 venezolanos ingresan a la región de Tarapacá de manera irregular sin tomar las medidas pertinentes, para evitar contagios y expandir el virus a la población local a vista y paciencia de las silentes autoridades que fueron hace dos años a Cúcuta a brindar una lección de democracia y Derechos Humanos y a crear una falsa expectativa de "ayuda" a los venezolanos sin suponer en lo más mínimo la tormenta que desataría. Como dice la sabiduría de este refrán popular: por la boca muere el pez.

Héctor Oyarzún Sirias

Magister en RR.II PUCV

A la Casa Blanca llegó Joe Biden, quien además de abordar temas actuales, se comprometió a retomar la estrategia climática establecida por Barack Obama. Aunque es poco probable que el camino de Estados Unidos hacia la política climática sea tan directo como pudimos ver en su programa electoral, el regreso de la mayor potencia mundial al Acuerdo de París -que Estados Unidos ya comprometió a adoptar juntos con otros 195 países- es una señal clara. El Acuerdo tiene como objetivo frenar el calentamiento global avanzando hacia la carbono-neutralidad en 2050.

Biden prometió destinar 1,7 billones de dólares a energías limpias y otras medidas de justicia climática y sostenibilidad. Si bien será difícil cumplir, los requisitos para hacerlo son más que favorables y esta ambición no es contraria a la situación económica actual cuando el mundo sufre la pandemia. Si la recuperación se va a lograr a crédito, es razonable realizar inversiones en lugar de simplemente consumir el préstamo. Y cuanto más distante es el horizonte de inversión, más esencial es no esperar nada e invertir hoy, aquí y ahora.

Según todos los informes, Biden es muy consciente del cambio, sin mencionar la necesidad realista y urgente de las inversiones, que reorganizan sus activos a favor de la descarbonización. Esto último fue mencionado, por ejemplo, por el New York Times en diciembre: según la encuesta de opinión pública Pew "Research Center", por primera vez en dos décadas la mayoría de los votantes dijo que lidiar con el cambio climático debería ser una prioridad. La protección del medio ambiente incluso ha superado a los "empleos" en la agenda y se ha acercado a la posición de liderazgo, que todavía está en manos del crecimiento económico.

El nuevo presidente de Estados Unidos está estableciendo una política "normal" que la gran mayoría del público estadounidense y mundial espera de él.

Chile no es ajeno a estos importantes cambios, y los grandes avances realizados en energías limpias en este país son un buen ejemplo de lo que busca lograr Biden para Estados Unidos.

Zdenek Sobotka, CEO y Fundador del grupo de energía SOLEK