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-Revisé decenas de casos similares a este, ocurridos en países que son referentes. En todos ellos, el estándar fue similar, e incluso mucho más duro.
-Se habló por algunos, en relación a este caso, de acabar con el control de identidad. ¿Qué le parece la idea?
-Este no es un caso de control de identidad. Acá hubo una denuncia en contra del malabarista. Lo dice el propio alcalde, después de dar una vuelta de carnero increíble. Terminar con el control de identidad (instalado en el primer gobierno de Bachelet) es una obsesión de varios que sólo buscan ir quitando atribuciones a las policías.
-Por otro lado, usted criticó duramente la visita oficial del presidente argentino hace unas semanas. Planteó que el problema estaba en las pretensiones territoriales y marítimas argentinas en la zona austral. ¿Podría sintetizar su punto?
-Me parece que el gobierno cometió un grave error. El actual presidente argentino y su gobierno acaban de publicar nuevos mapas que desconocen el Tratado de Paz y Amistad de 1984 vigente entre ambos países. En ese tratado, el limite termina en el punto F. Argentina de manera unilateral agrega un punto G, reclama soberanía en zonas que ya estaban zanjadas por el tratado, y agrega otras pretensiones en desmedro de Chile. Todo lo anterior, vinculado a las mismas demandas en zonas de soberanía británica. Uno puede mantener una relación razonable, abierta, pero hacer como que nada ha pasado es irresponsable, pues será usado sí o sí por Argentina en una futura demanda. Además, nuestra respuesta a estas pretensiones es reservada, entregada sólo a ese gobierno y a la ONU, por lo que creo que después de la visita, Chile tiene derecho a conocer el contenido de la respuesta, la que debería comunicarse a nuestra ciudadanía.
-En todo caso, la campaña de vacunación parece ser el gran evento de la temporada. ¿Le parece que renueva los ánimos del país?
-Sin duda es un gran hito. Creo que el trabajo del gobierno en el combate al covid-19 ha sido muy exitoso. Cuando se hagan los balances, estos serán buenos, tanto en la gestión de Mañalich como en la de Paris, siempre con una fuerte buena influencia del propio Presidente.
-¿La manera que se está llevando a cabo sería una forma de desmentir los diversos cuestionamientos a cómo manejó la pandemia el gobierno?
-Ya vendrá el momento de los balances, y creo que serán positivos.
-¿Tiene algún reparo respecto al manejo de la pandemia por el gobierno?
-Ningún país tenía la receta mágica, todo el mundo fue aprendiendo y cometiendo errores. Pero en la suma y resta, el resultado será sin duda beneficioso para el país.
-Una campaña menos alentadora que la de vacunación sería para usted la presidencial, de creer algunos sondeos de opinión sobre la eventual primaria de Chile Vamos. ¿Le preocupan esas aproximaciones o le tienen sin cuidado?
-Me tienen sin cuidado las encuestas. Algunas están simplemente direccionadas, y otras reflejan lo que un limitado grupo de personas opina. Los propios encuestadores reconocían esta semana en el diario La Segunda, que ningún estudio permite a estas alturas prever lo que pasará. Mire en 2013: Longueira salió de Economía menos de un mes antes de la primaria y marcando poco o nada, y en 60 días terminó ganando.
-Para ser candidato, tendría que vencer a los precandidatos de su sector. ¿Cuál de ellos le parece el rival más difícil: Lavín, Matthei, Sichel, Briones?
-Todos son buenos candidatos, los respeto mucho. Entre los cinco debemos potenciar las campañas de concejales, alcaldes, constituyentes y gobernadores regionales y luego hacer una primaria muy potente, única forma de que Chile Vamos repita un periodo de gobierno.