OPINIÓN
Cuaresma y cuarenta, ¿Algo en común?
Miércoles de ceniza: inicio de la Cuaresma, pero no de la cuarentena. No está mal recordarlo, pero hace falta algo más, lo pide el momento actual. Y sí, ambas palabras comparten su raíz: cuarenta. Originalmente la cuarentena se aplicaba durante 40 días para ciertas enfermedades, justamente lo mismo que dura la Cuaresma, que se extiende hasta la Semana Santa y culmina en la Pascua.
Se vislumbra como un recorrido interior, no tanto de superación de una enfermedad corporal, sino de situaciones interiores que exigen una purificación y conversión, sobre todo en las que se ha deteriorado la amistad con Dios, al que debemos la vida y todo lo bueno que tenemos, porque quizás lo hemos dejado de lado y nos hemos construido nuestros propios dioses.
Justamente en ese espíritu resuenan las palabras del Papa invitando a vivir la Cuaresma desde el ayuno, la oración y la caridad. "Ayunar significa liberar nuestra existencia de todo lo que estorba, incluso de la saturación de informaciones -verdaderas o falsas- y productos de consumo, para abrir las puertas de nuestro corazón a Aquel que viene a nosotros pobre de todo, pero «lleno de gracia y de verdad»". La oración abre a la esperanza: y aunque "podría parecer una provocación", sin embargo "está hecho para esperar, para volver a dirigir la mirada a la paciencia de Dios, que sigue cuidando de su Creación". Finalmente: "La caridad se alegra de ver que el otro crece. Por este motivo, sufre cuando el otro está angustiado: solo, enfermo, sin hogar, despreciado, en situación de necesidad… La caridad es el impulso del corazón que nos hace salir de nosotros mismos y que suscita el vínculo de la cooperación y de la comunión".
Es cierto que esta cuarentena provocada por la pandemia está durando más de 40 días, pero la invitación a vivirla unida a la Cuaresma puede renovarla. Lo necesitamos. Y no como algo externo o superficial, sino desde el interior, como camino de conversión para ajustar, renovar, purificar tanto que cada uno sabe y que repercute a nuestro alrededor. Porque los procesos de cambio, los realmente significativos en la historia, han procedido del interior, no sólo de las estructuras sociales.
"Los procesos de cambios, los realmente significativos en la historia, han procedido del interior...".
Esther Gómez, directora Nacional Formación e Identidad, Santo Tomás