Cambiar y adaptarse

La pandemia por COVID19 nos tiene a gran parte del mundo avanzando en nuestros quehaceres desde casa. Esto es una nueva dinámica de vida no sólo en lo laboral y educacional, sino también en lo familiar, personal y comunitario.

Las organizaciones se adaptaron e innovaron en sus procesos desde una transformación que involucra a todos los que conducen y operan la organización, llevando la adaptación como consigna.

Así como en la naturaleza, en las organizaciones aplica el mismo principio de Darwin: no sobrevive el más fuerte, sino que el que mejor se adapta. Lo único constante en el ámbito organizacional es el cambio, y esta pandemia a semanas de iniciarse ya evidenciaba las transformaciones que se venían, y quienes fueron capaces de preverlo, lograron salir adelante a través de la adaptación.

Hemos aprendido más que nunca a utilizar y valorar los sistemas online. Específicamente, en el ámbito de la educación superior diversas plataformas aceleraron un cambio que ya venía materializándose hace más de una década a través de este aprendizaje. Grandes universidades del mundo venían implementando sistemas de formación virtual, que tenían cada vez más inscritos y formados, pues se puede formar a profesionales remotamente. Blackboard, Teams y Zoom son las tecnologías más utilizadas que permiten entregar apuntes, tomar evaluaciones, abrir salas, generar espacios de trabajo en equipo, de este modo lo que podíamos hacer presencialmente ahora lo hacemos de manera virtual.

La transformación no ha sido ni será instantánea, pues hemos ido aprendiendo de las tecnologías, métodos y herramientas que vamos implementando, y ese aprendizaje es por sobre todo humano. Las tecnologías avanzan, pero somos las personas las que nos adaptamos, aunque nos resistamos a ello. El cambio debemos hacerlo en lo personal y grupal para que luego la organización completa comience a transformarse.

La tecnología juega a nuestro favor, ya que impulsa nuevas innovaciones que digitalizarán cada vez más espacios de nuestra vida. La innovación digital estaba a la vuelta de la esquina hace unos meses y la contingencia aceleró el paso, ya estamos parados mirando la esquina de la cuadra siguiente, por lo tanto, adaptémonos.

"La transformación no ha sido ni será instantánea, pues hemos ido aprendiendo de las tecnologías".

Óscar Gutiérrez, académico Escuela de Ingeniería Industrial Universidad de Las Américas

Cambió la forma de aprender y hay que reflexionar sus implicancias: ¿Bajo qué modelo una institución educativa comprende e implementa su proceso de enseñanza y de aprendizaje?, ¿qué sociedad desea anticipar y proyectar en las futuras generaciones?, ¿cuáles son los elementos curriculares indispensables para asegurar un mínimo de formación educativa y/o profesional en tiempos de emergencia?, y según ello, ¿cuál es la misión del docente?, ¿qué conocimientos debe poseer y poner en juego?, ¿cómo debe enseñar?, ¿cuáles son las estrategias didácticas a aplicar en la formación?, hay diferencias sustantivas en la didáctica para desarrollar en los estudiantes la capacidad de "analizar teorías filosóficas" por ejemplo, como para enseñar a "aplicar principios de la física mecánica a la movilidad humana".

Por otro lado ¿cuál es la misión del estudiante? ¿cuáles son las habilidades cognitivas y actitudes que debe demostrar?, no se ponen en juego las mismas habilidades y la forma de estudiar, para "modelar matemáticamente", que para "diagnosticar relaciones interpersonales", exigen tareas, actitudes, estilos y secuencias cognitivas distintas. Y para conseguir dichos propósitos, ¿cuáles deberían ser los entornos y tiempos de formación en condiciones de constantes estados de emergencia?, ¿hay que reducir, posponer, modificar o definitivamente eliminar?

En esta reflexión debería darse un denominador común: el Autoaprendizaje Metacognitivo, y esto conlleva un cambio significativo del rol y la didáctica docente, así como de una implementación curricular flexible, ofreciendo resultados de aprendizajes auto-regulables, con niveles de logro progresivos que deberían ser desarrollados autónomamente por los estudiantes, pero acompañados con la mediación sistemática del docente. Estos componentes se deben a mi juicio, analizar e implementar en conjunto con los mismos estudiantes, al fin y al cabo, son los protagonistas de este proceso.

Marietta Pizarro, académica

Educación Diferencial

Universidad Central

Al revés, yo busqué las 7 similitudes entre los candidatos que se presentan en las próximas elecciones.

1.- Ninguno menciona claramente el partido político al cual pertenecen, todos son independientes de todo...

2.- Tienen un discurso que incluye la solución definitiva a todos los problemas, entuertos, sueños incumplidos y podría seguir, que tienen sus electores, verdaderamente tienen una imaginación exuberante para realizar promesas...

3.- Tienen una muy buena memoria, para citar las cosas que no han hecho sus adversarios, pero la experiencia dice que la pierden irremediablemente, una vez que son elegidos...

4.- Sus fotos que incluyen en la publicidad son pura risa, como que repitieron hartas veces la palabra "whisky" y con bastante photoshop...

5.- Como que no tienen pasado, ni hablar de un pasado político, como que nacieron el mismo día que comenzó la campaña política...

6.- Palabras más, palabras menos los lemas de sus campañas son muy similares, con frases como... "Ahora sí que las cosas funcionarán", "Déjeme acompañarlo", "No le voy a fallar" y la palabra más usada es "mañana" y la menos usada "dieta"...

7.- Muy relajados en general, porque saben muy bien, que los electores tienen muy mala memoria, para cobrar cuentas (las mentadas promesas), además no son muy asiduos a estudiar a cada candidato antes de votarlo, pero en el fondo todos los candidatos se conocen, sí andan detrás de lo mismo, el ser elegidos, se dan datos para mandar a hacer los dípticos, trípticos, las "palomas", y las peleas y los debates, la verdad que son pa´ la tele.

Luis Soler Milla