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[Adriana Muñoz, presidenta del Senado:]

"Es importante que se haga natural que las mujeres sean líderes de la mesa del Senado"

A pocos días de dejar de ser la segunda autoridad de la nación, la legisladora evalúa con cifras y en detalle el trabajo de la corporación y repasa las numerosas tensiones que hubo entre el Congreso y La Moneda.
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Por Mauricio Ávila C.

En sus últimos días como presidenta del Senado, Adriana Muñoz D'Albora saca cuentas alegres en cuanto a la productividad legislativa. Dice que es todo un logro, considerando que la pandemia obligó al Parlamento a trabajar en forma remota gran parte del 2020. La senadora del PPD por la cuarta circunscripción, correspondiente a la Región de Coquimbo, comenzó su período al mando del Senado justo cuando el coronavirus llegaba a Chile y nadie presumía que iba a pasar un año sin que volviera la normalidad.

Socióloga de profesión, Muñoz ha estado en el Congreso desde el retorno a la democracia, primero en la Cámara de Diputados, y con una sola "laguna", entre 1993 y 1997. Su largo historial político, siempre ligado al bloque PS-PPD, ha tenido su punto máximo al asumir como segunda autoridad del país, cargo que dejará ahora, muy probablemente, para ser reemplazada por otra mujer, Yasna Provoste.

-¿Cuál es la autoevaluación de su gestión?

-Pese a todo el contexto difícil que significó reorganizar todo, lo que obtuvimos en materia de producción de trabajo legislativo fue histórico, tanto en sala como en comisiones. Realizamos una gran cantidad de sesiones especiales, creo que 18, a las que asistieron sectores que estaban buscando entregar en el Senado su situación, el testimonio de sus problemas. Las pymes, los gremios de la salud, los profesores, gremiales empresariales… recibimos una gran cantidad de sectores que querían transmitir al Parlamento, y especialmente al Senado, la crisis económica, su insatisfacción con las medidas que estábamos tomando y yo creo que logramos un trabajo bastante exitoso. Estoy preparando mi cuenta para la próxima semana, pero ya hemos visto estadísticas que de enero de 2020 a enero 2021 despachamos 259 proyectos de ley. Si lo comparamos con 2019, un año normal, se despacharon 191. Y fíjese que las reuniones de comisiones fueron 1.486 y el 2019 fueron 1.200. también de sala tenemos 174 sesiones con 692 horas de trabajo. El 2019, en cambio, hubo 102, con 351 horas de trabajo. Aumentamos muchísimo el ritmo de producción legislativa de nuestro trabajo en medio de la pandemia.

-Está la imagen de que el Senado es un gran elefante al cual debía haberle costado mucho más adaptarse. ¿Cómo lo consiguieron?

-Hicimos un proyecto de ley muy temprano, una reforma constitucional que nos permitía tener sesiones en modo telemático, porque había que modificarlo en la Constitución dado que solo están establecidas las sesiones en forma presencial. Y ese inicio nos permitió poder asumir este trabajo mixto o solo telemático en algunos momentos y así abordar la gran cantidad de proyectos de ley que se sumaron tanto desde el gobierno como desde los propios parlamentarios. Yo creo que esa decisión transversal, que valoro mucho, y que tomamos muy inicialmente de flexibilizar nuestra modalidad de trabajo, nos permitió tener estos buenos resultados.

-Entonces, la pandemia terminó agilizando su trabajo.

-Sí, el trabajo telemático agilizó mucho nuestra labor porque la gran mayoría de los senadores somos de regiones, lo que significa que nuestros desplazamientos sean por tierra o aéreos y se entorpecían con las medidas sanitarias necesarias de confinamiento, de cuarentena. Se paralizaron los vuelos, había barreras sanitarias. Así que esta modalidad permitió que superáramos esta barrera y que pudiésemos tener estas sesiones desde donde estuviéramos. Esto permitió sesionar y agilizar el trabajo y es una modalidad que llegó para quedarse. Porque si bien es cierto el trabajo presencial es fundamental, sobre todo un trabajo que es de debate político, de instantaneidad de las decisiones, y es muy importante la presencialidad, la vía remota flexibiliza de una manera positiva la posibilidad de tener las sesiones sea cuales fueran las situaciones o las medidas sanitarias que se impongan.

-¿Qué temas quedaron pendientes en su gestión?

-Hay muchas tareas que me hubiera gustado hacer presencialmente, como seminarios, encuentros con organizaciones. Por ejemplo, en cuanto a mi trabajo hacia el mundo de las mujeres, yo lo tuve que suplir con una agenda que instalamos en una mesa de género covid-19 que instalé muy tempranamente en mayo del año pasado. Una vez instalada, me habría gustado haber tenido reuniones permanentes y haber tenido más encuentros presenciales. Eso al final lo transformamos en una mesa de género telemático que al final se pudo coordinar con más de 110 organizaciones de mujeres de la sociedad civil y que finalmente fue muy fructífera porque logramos levantar una agenda de género en medio de la pandemia con las propuestas y los diagnósticos, las situaciones urgentes de corto, mediano y largo plazo.

Todo esto nos permitió hacer una propuesta al gobierno y al Parlamento de las medidas legislativas y políticas públicas que se requieren para el mundo de las mujeres en pandemia. Tampoco pudimos reunirnos con el mundo de la diversidad sexual. En materia de Derechos Humanos, armamos una mesa de Verdad, Justicia y Reparación de garantías de no repetición de violaciones a estos que levantamos en coordinación con la comisión de DD.HH. Una de las tareas que ha quedado pendiente, pero que ya está bien próxima a terminar, es un registro histórico de lo que ocurrió durante la revuelta social de octubre del 2019. Levantamos toda la información que recibimos durante ese período en la comisión de DD.HH. que recibió a las víctimas y sus familiares, escuchando sus testimonios, interviniendo ante las autoridades pertinentes. Todo ese registro lo vamos a publicar y una de las tareas que está concluyendo esta mesa la vamos a publicar en un documento que tenga el valor de memoria histórica de lo que ocurrió.

-Muy probablemente le entregará la mesa a otra mujer, un hecho inédito.

-Sí, es muy importante que una mujer asuma la conducción de la nueva mesa, sobre todo con la senadora Yasna Provoste, con la que hemos realizado muchas tareas y tenemos gran afinidad. Es también importante que se vaya haciendo natural y normal que las mujeres vayan siendo las líderes de la mesa del Senado. No es una anécdota nomás que primero haya sido la senadora (Isabel) Allende (en 2014-15) y luego yo y la senadora Provoste. Hay mujeres de todas las bancadas, de izquierda, centro y derecha, con mucha capacidad, que pueden hacerse cargo de la conducción de la presidencia del Senado.

-Es muy simbólico también de un país en transformación.

-Sí, sobre todo en la elite política, porque es difícil remover las barreras culturales en estos niveles, donde por cierto el ejercicio del poder es complejo para las mujeres. Porque aunque seamos iguales, entendiendo esta igualdad en la forma en que llegamos a acceder a