opinión
Violencia política a la mujer
Cada día se reconoce más la necesidad de que exista un mayor número de mujeres en política, y que ojalá esta participación llegue a ser paritaria sin necesidad de establecer o dictar leyes que aseguren cuotas o normas de paridad. Esta conveniencia, yo la fundamento, no en que las mujeres seamos mejores que los hombres, sí en que siendo distintos tenemos igualdad de derechos y deberes. Que esta diversidad, o estos distintos puntos de vista para ver o enfrentar la sociedad, los problemas a solucionar, o las sensibilidades para verlos y fijar políticas públicas son muy necesarias para tener un mejor país, ese mejor país debe construirse por tanto con esa mirada compartida de hombres y mujeres; muy atrás debe quedar ese dicho que rezaba "La política es cosa de hombres…".
Cuando hoy escuchamos a la mayoría de los políticos hablar de este tema, se hacen grandes y encendidos discursos defendiendo la participación de la mujer y exigiendo paridad, haciéndonos creer que todo hombre y mujeres de verdad queremos más mujeres empoderadas, comprometidas aportando y participando en la vida política del país, por tanto, siendo candidatas y asumiendo cargos de elección popular.
Para que ello ocurra, se requiere que los partidos de verdad estén convencidos que esto es lo correcto y cedan cupos a mujeres y no simplemente cumplan la ley inscribiendo a algunas mujeres en lugares para cumplir una cuota, pero al lado de otro candidato fuerte del mismo partido donde saben que no ganará. Insisto, las oportunidades a las mujeres se les deben dar porque son capaces, necesarias, comprometidas y saben hacer la pega, porque es la manera de hacer mejor las cosas, no por una ley de cuotas o paridad. Pero aun así y a pesar de estos discursos grandilocuentes de muchos políticos que aseguran querer y creer en la paridad, vemos que sus dichos muchas veces parecen discursos para la galería, pues en cuanto aparece una mujer candidata que puede poner en riesgo sus propios intereses, más bien diría sus propios y mezquinos intereses, comienzan a hacer violencia política contra esa mujer candidata; realizando comentarios, que por cierto nunca realizarían contra un hombre, como los siguientes: "Esa chica es re simpática, pero no tiene ninguna opción", "Yo conozco a esa niñita, he trabajado con ella, no sirve… fulano es mejor" (la mujer en ese caso es profesional y el hombre no tiene profesión conocida).
En fin, ejemplos como esos podría dar muchos, en que solo se discrimina por ser mujer. A estos hombres que primero dicen, porque es popular, que quieren más mujeres en política, pero luego ejercen violencia política contra las mujeres, ¡les digo cuidado! van a quedar al descubierto, su doble estándar no es aceptable.
"Se requiere que los partidos de verdad estén convencidos que esto es lo correcto"
Luz Ebensperger, senadora