No solo el ser humano ha enfrentado difíciles momentos debido a la pandemia del Covid-19. También nuestro planeta, el medio ambiente, están enfrentando momentos complicados a causa de esta crisis sanitaria, y los seguirá enfrentando. Y paradójicamente, el virus es el responsable indirecto, porque la primera responsabilidad recae en los seres humanos.

Y es que la falta de cultura, la irresponsabilidad y la falta de conciencia sanitaria y ambiental, van quedando patentes también en las calles de Tarapacá, donde cada vez es más común encontrar escenas de mascarillas usadas en el suelo, lo mismo que guantes quirúrgicos, y hasta botellas de alcohol gel y otros elementos que se usan en estos días para sanitizar.

La contaminación por este tipo de basura es un fenómeno mundial, respecto del cual hasta la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha tenido que salir a dar voces de alerta. El organismo, por ejemplo, dio a conocer que "si nos fiamos de los datos históricos, sus cifras nos indican que alrededor del 75% de las mascarillas usadas, así como otros residuos relacionados con la pandemia, acabarán en vertederos o flotando en los mares".

La ONU también llama la atención sobre que este escenario incrementaría la producción de plásticos y, lamentablemente, también su mala disposición. La gran mayoría de los artículos y recipientes que se usan para la sanitización y protección hoy son plásticos.

"Si no se toman las medidas adecuadas, la cantidad de plásticos vertidos en el océano se triplicará en 2040, pasando de 11 a 29 millones de toneladas al año", adelanta, basándose en un estudio de The Pew Charitable Trusts, y Systemiq.

La región sabe de estos problemas. Labores de limpieza en playas, año a año, dan cuenta de estos elementos en el mar. Lo mismo ocurre con distintos sectores de las ciudades y hasta las zonas céntricas y turísticas lucen desperdicios.

Más allá de los acuerdos globales, es primordial que la comunidad en general esté dispuesta a dar lo que le corresponde en esta lucha por conservar nuestro entorno.

"La ONU también llama la atención sobre que este escenario incrementaría la producción de plásticos".

La noticia local, de los últimos días, fue la decisión del gobierno de enviar al parlamento, un proyecto de ley que asegura la inmutabilidad de la ley de Zona Franca por 30 años, condición imprescindible para ofrecer estabilidad a las casi 2.000 empresas que operan en el sistema, que en su gran mayoría son de capitales o propietarios extranjeros. Ahora esperamos que el parlamento le de un trámite regular y expedito, de suerte que en el corto tiempo sea una realidad, y no resulte como uno de los tantos proyectos fallidos que por años duermen en sus archivos.

Contar con esta ley será un paso muy importante, pero no definitivo para asegurar la permanencia de las inversiones en Zona Franca, la que debe su éxito no solo a la ley que la creo, sino que también a las seguridades y garantías que otorga a emprendedores e inversionista la actual Constitución, y que esperamos que no solo se mantengan, sino que, además, se refuercen.

No es posible esperar inversión o emprendimiento si no existe una fuerte garantía que estas podrán desarrollarse y que el fruto de lo obtenido en ello se podrá retener sin riesgo de que el Estado, a cualquier título, proceda a expropiarlo. El derecho a desarrollar cualquier actividad económica que no sea contraria a la moral, al orden público o a la seguridad nacional, y el adquirir y conservar el dominio de toda clase de bienes no exceptuados constitucionalmente, son, después de la integridad y libertad personal, una de las garantías más importantes y determinantes para el desarrollo de una sociedad moderna. A lo anterior, tratándose de nuestra especial actividad, inmersa en el comercio internacional, y por tanto en el uso y disposición de diversas monedas, la seguridad de la libertad cambiaria es fundamental para el desarrollo de las actividades propias de Zona Franca.

Esta descripción no se agota en lo expresado, existe un conjunto de otras condiciones complementaria, como la libertad de contratación, la seguridad que no existirán tributos expropiatorios, o que impida que el Estado realice actividades económicas donde los privados lo hacen, son temas que no hemos visto en el debate constitucional y estimamos necesario poner sobre la mesa.

"Contar con esta ley será un paso muy importante, pero no definitivo para asegurar la permanencia de las inversiones".

Max Barrera Perret,, presidente Asociación Usuarios Zofri A.G.1

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