Uno de los efectos que han tenido la pandemia y las medidas de confinamiento, ha sido un aumento del sedentarismo, especialmente entre los niños, niñas y adolescentes. Y las consecuencias ya están siendo cuantificadas y analizadas.

Los resultados del El "Mapa Nutricional 2020", estudio que encabeza la Junaeb, dio cuenta de que la prevalencia de la obesidad total aumentó un 2% en el último año, pasando de 23,5% en 2019 a 25,4% en 2020. Esto, en el grupo observado que comprende a menores de prekínder, kínder, 1° básico, 5° básico y 1° medio de más de ocho mil establecimientos públicos.

Esto se traduce en que uno de cada cuatro escolares en el país presenta obesidad, y de ellos el 7,5% padece obesidad severa. Si a eso se suma que el 28,7% tiene sobrepeso, se desprende que los niños y adolescentes que están sobre su peso normal son más de la mitad (54,1%).

El portal de noticias Emol.com informó que, consultada respecto de estos resultados, la secretaria ejecutiva de Elige Vivir Sano, Daniela Godoy, señala que "la pandemia ha tenido efectos en distintos ámbitos de nuestras vidas y también ha impactado a los niños, niñas y adolescentes, quienes han disminuido sus posibilidades de tener espacio para hacer deporte o hacer actividad física, por ejemplo".

"Además las familias han cambiado sus hábitos de alimentación y en algunos casos se ha aumentado el consumo de alimentos ultraprocesados o que no son tan saludables y las porciones de las comidas", agregó.

Estos resultados nuevamente ponen en discusión las posibilidades, tiempos y espacios que se han determinado para la realización de deportes y actividades físicas, en el caso, de los escolares especialmente.

Es necesario analizar las facilidades y las dificultades con las que puedan contar, en especial los niños, niñas y adolescentes, para poder hacer deportes en estos tiempos de pandemia, para poder revertir estos resultados.

Porque si Chile ya era un país sedentario antes de la pandemia, el actual escenario puede ser lapidario para futuros resultados, considerando los efectos sanitarios que tienen la obesidad y sobrepeso.

"Uno de cada cuatro escolares en el país presenta obesidad, y de ellos el 7,5% padece obesidad severa".

Hoy domingo debiéramos estar en el Mercado Municipal, en fiesta, participando de la quema de Judas. Y no podemos ir. No sólo por el Covid 19, sino por que se ha dejado de organizar. Hay tradiciones que mueren, que no resisten el paso del tiempo, sobre todo de estos tiempos. La tradición oral nos dice que esta fiesta la trajo desde Valparaíso don Jorge Muñoz, y la realizaba en el frontis de su negocio "Mi casa" ubicado en Juan Martínez con Zegers. Se realizaban concursos y juegos populares. Los premios eran chanchos, pollos, gallinas, pollos. Como nos dijo un viejo amigo "eran premios vivos".

Con el tiempo se quemaba al mono en el mercado o bien en el matadero. En una ocasión, en el año 2007, se hizo en la plaza Arica. La organizaba la Corporación "Hijos de Iquique", liderados por Fernando Sanhueza y Andrés Daniels, entre otros. Se confeccionaba en los talleres municipales. El artesano que le daba vida era conocido como el Comandante Peluca. Se le llenaba de monedas en su interior. El pueblo quemaba al traidor y mientras se consumía, las monedas caían al suelo, ardiendo. Todo un simbolismo. En el pueblo de Macaya cuya Semana Santa es una de las más bellas que he visto, muy parecida a las de España, también se pasa por el fuego a Judas.

Nadie bautiza a su hijo como Judas. Un amigo le puso Judas a su perro, era por cierto, un perro negro. Doble estigma. Una larga canción de Quelentaro, el dúo de los hermanos Guzman de Angol, le ofrece redención a este personaje. Le propone que traicione a la élite, a los corruptos, y así y de ese modo, obtendrá el perdón de los seres humanos. Y los hombres podrán llamarse Judas, como quien se llama Pedro o Pablo. Un grupo de rock pesado se llama Judas Priest.

La figura que se quemaba según viejas fotografías se presentaba de civil, con sombrero. En las últimas aparece como el apóstol de la última cena. Si la traición tiene un nombre, ese es Judas.

"Con el tiempo se quemaba al mono en el mercado o bien en el matadero. En una ocasión, en el año 2007, se hizo en la plaza Arica".

Bernardo Guerrero Jiménez, Sociólogo Unap

La Semana Santa está asociada, comercialmente, a una venta importante de huevos de chocolate, en que los niños son los principales consumidores. Es por esto que los padres deben limitar la ingesta por su bien.

Informalidad

Las mujeres han sido las más afectadas en términos laborales por la pandemia, y se ha expresado en parte en el aumento de la ocupación informal femenina en la región: la más alta del país. El apoyo debe concretarse con acciones que igualen las condiciones para todos.

Vacunación

Aunque el proceso de vacunación avanza, en la región no lo hace a la velocidad esperada. Si bien las autoridades y especialmente los municipios han realizado un enorme esfuerzo para materializar la medida, se necesita más compromiso de los propios beneficiarios.