Myanmar: 6 policías mueren en ataque contra comisaría
Desertor de las fuerzas de seguridad habría liderado la arremetida, tras el golpe de Estado en febrero pasado.
Redacción
Seis policías de Myanmar murieron en el ataque a una comisaría en el centro del país, mientras siguen las protestas contra la junta militar, cuya brutal represión desde el Golpe de Estado del 1 de febrero ya deja al menos 550 muertes, según organismos internacionales de Derechos Humanos y Gobiernos de todo el mundo.
El diario Myanmar Now narró que un policía de 25 años que desertó y se unió al movimiento de protesta, lideró el ataque con tres granadas de mano, causando la muerte a cinco policías de la comisaría de Tamu.
El sexto fallecido fue el policía rebelde, que recibió un disparo de las fuerzas de seguridad, según relataron testigos a Myanmar Now.
A pesar de la brutal represión que ha costado al menos 550 vidas, según la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos de Myanmar (AAPP), las protestas continúan en distintos puntos del país.
Otras tres personas perecieron ayer por disparos policiales en la localidad de Monywa, también en la región central, y una más falleció en Tahtone, al sur, por disparos de las fuerzas de seguridad durante las protestas.
A las muertes se suma el incesante goteo de detenciones, al menos 2.751 según la AAPP, incluidas cinco personas arrestadas en Rangún, la ciudad más poblada, tras responder a preguntas de la cadena CNN, según Myanmar Now.
El jueves, las autoridades suspendieron de manera indefinida el servicio wifi que ofrecían proveedores de internet en algunos lugares públicos, lo que se suma al corte nocturno de la red desde hace 47 noches y de la señal móvil desde hace 18 días.
El corte de internet y el uso de armamento como lanzagranadas, ametralladoras y otros armamentos de guerra llevó al relator especial de la ONU sobre Myanmar, Tom Andrews, a reiterar su petición de sanciones y de un embargo de armas. "Esta locura debe terminar", recalcó.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas condenó el la violencia contra "manifestantes pacíficos" y la muerte de civiles, incluidos niños.
550 muertes al menos ha dejado la represión desde el golpe de Estado del 1 de febrero.