Las situaciones más insólitas vistas por fiscalizadores en pandemia
Personas se ingenian para seguir juntándose en cuarentena, pero arriesgan sumarios o cárcel.
Pamela Castillo Vergara - La Estrella de Iquique
Un hombre abriendo la puerta desnudo, una fiesta en un sótano, prostíbulos concurridos por adultos mayores, señoras sorprendidas en un local de juegos clandestinos y hasta un administrador de un local escondido en el techo, son las situaciones más insólitas que han visto los fiscalizadores en terreno durante esta cuarentena en la región.
El teniente Alejandro Pérez, jefe de la Comisión de Alcoholes de la prefectura de Iquique, es el encargado de fiscalizar las fiestas o reuniones clandestinas, donde haya una venta de alcohol en la capital regional, quien relató que ahora que están prohibidas las reuniones sociales, las situaciones insólitas ocurren con mayor frecuencia.
Por ejemplo, en el centro de la ciudad y contra cualquier pronostico, pudieron encontrar un local clandestino que estaba adaptado para que nadie pudiera escuchar los ruidos de adentro. "Usted entraba en el domicilio y uno no pillaba nada", relató.
El lugar podría haber pasado desapercibido, pero los fiscalizadores de Carabineros encontraron una tabla en el piso y cuando la retiraron se dieron cuenta que era la entrada a un sótano.
"Había que bajar una escalera y abajo estaba totalmente arreglado para este tipo de fiestas, con globos y todo", agregó.
Escondidos en el techo
Otro operativo, que relató Pérez fue cuando fueron a allanar a un local por tercera vez. "No había nadie, habían como dos personas, empezamos a buscar y empezaron a aparecer. Al final encontramos 21 personas", dijo.
Entre ellos estaba el administrador del local, que junto a su amigo decidieron subirse al entretecho con chalas y todo. Aunque el escondite parecía una buena idea, de todas formas fueron descubiertos.
"Pensamos que habían ratones, y cuando vamos a subir arriba era él que estaba escondido", comentó Pérez.
Adultos mayores
El teniente también contó cuando detuvieron a un grupo de 26 personas en un prostíbulo en medio de la cuarentena, donde la mayoría de clientes eran hombres adultos, algunos adultos mayores. "Había una persona como de 68 años, que estaba de lejitos ahí, pero qué le íbamos a hacer, si obviamente lo teníamos que tomar detenido igual", dijo.
Lo inaudito para Pérez es que al momento del procedimiento "los mismos decían que les iba a servir de experiencia para contárselas a sus nietos y ellos mismos se reían, lo veían como talla. Porque nunca iban a pensar que los iban a pillar en un lugar como un prostíbulo".
Hombre desnudo
Carola Valladares, fiscalizadora nocturna de la Seremi de Salud de Tarapacá contó que su trabajo oscila entre lo peligroso y lo gracioso, ya que se ha encontrado con amenazas y situaciones que muchas veces no tienen sentido.
Una vez asistieron a una casa por una denuncia de una supuesta fiesta clandestina, pero al llegar al lugar, un hombre desnudo le abrió la puerta y les invitó a pasar a revisar el lugar.
"Nosotros llegamos al domicilio, y había mucho ruido, tenían la radio a todo volumen y cuando tocamos el timbre la verdad es que salió una persona desnuda y que estaba solo con su pareja", sostuvo.
Valladares narró que les tomó de sorpresa. "Salió desnudo con un pantalón en la mano y dijo: estoy ocupado, pasen. Nosotros qué vamos a pasar, por favor caballero siga en lo suyo, pero bájele a la música para que no hayan más denuncias", relató.
Señoras en sala de juegos
La fiscalizadora relató que recibieron una denuncia de que estaba operando un lugar de juegos maquinas clandestino, al llegar al lugar, vieron que habían "puras viejitas. A una señora de 70 años, casi le dio un ataque, yo veía que teníamos que llamar a una ambulancia porque pensó que se iba a ir detenida, pero cursamos el sumario sanitario y Carabineros permitió que se fueran a la casa inmediatamente", dijo.
en el clóset
También relató que al registrar otro lugar, la dueña de casa no dejaba abrir la puerta de una pieza, pero al entrar encontraron a varias personas. "Nos decían: estábamos durmiendo, déjenos en paz. Había uno acostado arriba de la cama, otro a los pies, el otro debajo y otro en el clóset. Según ellos, estaban descansando", contó.