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OPINIÓN

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Las lecciones de mayo

Los grandes cambios políticos y sociales, aquellos que los historiadores califican de momentos de inflexión, suelen ser resultados de guerras, revoluciones, golpes de estado, es decir, tienen por factor común el conflicto. Los quiebres estructurales que surgen del conflicto social no necesariamente son saltos hacia adelante en el desarrollo de las sociedades, incluso pueden ser resultado de movimientos reactivos a procesos de profundización de la democracia, como han sido generalmente los golpes de estado en América Latina. Es por lo anterior, que los cambios profundos que han sido resultado de procesos eleccionarios tienen una importancia especial. En Chile hemos tenido algunos momentos clave en que la ciudadanía ha logrado no solo profundizar la democracia a través de las urnas, sino también intentar alcanzar objetivos o sueños colectivos sobre el país se desea. Quizás podríamos destacar los siguientes hitos del siglo XX: en 1920, con la emergencia de Arturo Alessandri Palma; en 1938 con la coalición del Frente Popular; en 1964 la Democracia Cristiana y su revolución en libertad; en 1973 la vía chilena al socialismo o la revolución con sabor a empanadas y vino tinto; el plebiscito de 1988 que posibilitó el retorno del camino democrático en Chile con las elecciones presidenciales de 1989.

Las elecciones de este fin de semana tienen características particulares, que podrían transformar al país, profundizando la democracia y disminuyendo la brecha estructural de la desigualdad territorial, económica, educativa y cultural. Podría ser el primer momento de inflexión del siglo XXI.

Cada una de las papeletas que tuvieron en sus manos los electores expresan características específicas, que revisaremos más adelante, antes es importante señalar que la ciudadanía ha tomado conciencia de que la soberanía radica en las personas y la soberanía es sinónimo de poder real, por lo mismo, exigen un mayor abanico de candidatos y candidatas, para transferir su soberanía o poder a quienes mejor les representen, y no a las mismas figuras, personajes o políticos conocidos. La exigencia de paridad de género es una reivindicación solo equivalente a la aprobación del voto femenino en 1934 y que se expresó en una elección presidencial en 1952.

Hay un cambio estructural en estas elecciones que surge del propio desenvolvimiento de la sociedad, son las nuevas generaciones de votantes producto del natural cambio generacional. Lo novedoso es que los jóvenes han superado el retraimiento y la desconfianza y, como lo demostraron el 25 de octubre pasado, se han expresado, moviendo el péndulo de la política nacional.

Las papeletas de alcaldes y concejales posiblemente no expresarán cambios importantes en los resultados, porque se trata de elecciones a escala local, donde el conocimiento personal es más relevante que la militancia política. Además, quienes están en el poder municipal tienen ventaja. Esta elección es la más cercana a las personas, pero en un mundo intercomunicado global-local, los municipios tienen ahora desafíos de más proyección, como hermanar ciudades de países distantes.

La papeleta de gobernadores fue novedosa y la menos destacada por los analistas santiaguinos, sin embargo, para más de la mitad de la población que habita las regiones del país fue una elección clave. No solo por primera vez votó en Chile, un país históricamente centralizado, por la máxima autoridad regional, sino es el primer paso a una efectiva descentralización. Los gobernadores serán el balance del poder central. El gobernador de la región metropolitana se transformará en una voz alternativa a la presidencia de la república. Posiblemente, otros gobernadores serán también presidenciables.

Las papeletas de los constituyentes y de pueblos indígenas, expresan los sueños de quienes ya fueron a votar en el plebiscito. Se trata de una elección por el futuro, las constituciones son marcos normativos para definir el destino de una sociedad, no pueden expresar la coyuntura. Los 155 constituyentes tendrán que cultivar la empatía, la tolerancia y la capacidad de ponerse en el lugar del otro, sin abandonar los propósitos que les motivaron a postularse.

Será interesante ver surgir de ese grupo corrientes de pensamiento que luego sean recogidos por la sociedad, como aquellos relacionados con la defensa del medio ambiente y el patrimonio, el respeto por los pueblos indígenas y la perspectiva de género, la democracia y la participación social.

"Las elecciones de este fin de semana tienen características particulares, que podrían transformar al país".

Sergio González Miranda, Premio Nacional de Historia 2014

Deberes y derechos: manifestaciones cívicas en tiempos complejos

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Siempre en la vida ciudadana es posible evidenciar ejemplos concretos del ejercicio cívico. Los chilenos hemos tenido distintas instancias para ejercer nuestros derechos y por supuesto cumplir con los deberes. Ejemplos de ejercicio cívico son variados y en este último tiempo, complejo para todos "el deber" ha sido el protagonista. Por ejemplo, el deber de cumplir con las medidas sanitarias para evitar contagiarnos y poder tener el derecho de vivir, trabajar, estudiar y tantas otras cosas sin el miedo a perder a seres queridos; el deber y el derecho a vacunarse para estar más protegidos ante el riesgo de enfermarse por COVID; y claramente tenemos el deber y el derecho de participar en los procesos de elección de las personas que nos representarán en la gobernabilidad de nuestra sociedad.

En este proceso de participación ciudadana, son altas las expectativas que tenemos como sociedad; queremos representantes en la comisión constituyente que tengan la capacidad de mantenerse fiel a los principios que nos llevó a ejercer el derecho de elegirlos, queremos gobernador que esté a la altura de las necesidades de nuestra región y con capacidades para tomar decisiones. Los candidatos que resulten electos tienen un gran deber y responsabilidad de mantenerse consecuente con sus electores, hoy más que nunca, los ciudadanos tenemos el deber y el derecho de cobrar lo comprometido y al parecer la sociedad está dispuesta a ejercer ese derecho.

Hemos sido testigos del triunfalismo de los distintos sectores políticos después de cada elección, las interpretaciones de los resultados se acomodan y de alguna manera todos se sientes ganadores, es raro, pero ha sido así. ¿Quiénes ganan en realidad?, ganan los que con responsabilidad ejercen el derecho de votar por quienes quieren que los representen, ganan los que en consecuencia exigen a sus candidatos cumplir con sus promesas de campañas, gana la sociedad toda cuando las autoridades electas se mantienen en coherencia con lo que significa la vocación del servicio público. Si se diera esa triangulación perfecta del derecho a votar con responsabilidad, el deber de exigir lo comprometido y el deber de hacer bien el trabajo público, podríamos y deberíamos sentirnos todos ganadores. Vamos a ver, tengo fe que hemos aprendido del pasado.

"Son altas las expectativas que tenemos como sociedad; queremos representantes en la comisión constituyente que tengan la capacidad de mantenerse fiel a los principios que nos llevó a ejercer el derecho de elegirlos".

Elsa Echeverría Olivares, rectora de la Universidad Santo Tomás, sede Iquique