OPINIÓN
Elecciones
El resultado del reciente proceso eleccionario ha dejado claro varios mensajes que debemos saber leer y escuchar. El primero de ellos fue el gran respaldo que la ciudadanía le dio a los independientes y consecuencialmente, un claro castigo a los partidos políticos tradicionales. Ello es parte de la crisis y desconfianza hacia todas las instituciones, principalmente hacia la clase política que no ha sabido estar a la altura de los problemas que ha tenido el país. La única forma de comenzar a recuperar esa confianza es con trabajo, con trabajo serio y responsable que busque mejorar la calidad de vida de las personas, solucionar sus problemas de forma real y definitiva.
La baja participación en la elección, un 37,5% aproximadamente del padrón electoral, demuestra también que la clase política no está sintonizada con la ciudadanía. Demuestra también, a mi entender, que el poder legislativo se equivocó cuando aprobó cambiar de voto obligatorio a voluntario, pues no parece que sea razonable que menos de un 37% del electorado resuelva los destinos del país. Me parece que es importante evaluar la urgente necesidad de volver al voto obligatorio.
Esta baja participación, también mandó un claro mensaje al sector que yo represento, y que en esta elección ni siquiera alcanzó el porcentaje de votos que obtuvo en el plebiscito la opción del rechazo. Ese mensaje a mi entender es que aquellos que representamos a la centro derecha debemos hacerlo con nuestras ideas y porque creamos que está de moda o porque de esa forma lograremos más votos, olvidar y traicionar aquello en lo que creemos y siempre hemos defendido; los políticos que no estén de acuerdo debieran entonces cruzar a la vereda del frente.
Nosotros siempre hemos defendido la libertad, el libre ejercicio de los derechos de las personas, el orden público, la propiedad privada, la familia, el emprendimiento, el derecho y deber de los padres de educar y cuidar a sus hijos, en un estado subsidiario y no proteccionista, la separación de los poderes públicos, el respeto al estado de derecho, entre otros. Debemos seguir haciéndolo, de la misma manera que debemos continuar buscando la forma de entregar soluciones reales a los problemas de la gente y no caer en aquellas que en forma irresponsable y populista le entregan algunos políticos, sin medir el daño que le están causando a esas mismas personas a quienes dicen ayudar.
No existe en política nada más peligroso que el populismo, es decir, se dice defender los intereses y aspiraciones del pueblo, pero en el fondo lo que se está haciendo es utilizarlo para su beneficio político, fabricando una verdad que no es real, aviva el odio entre las personas y desprecia el orden público; en definitiva, pone en riesgo la democracia. En nuestro país el populismo ha comenzado, responsables hay muchos, solo espero podamos detenerlo a tiempo.
"No existe en política nada más peligroso que el populismo".
Luz Ebensperger,, senadora por Tarapacá