Otro efecto de la pandemia
Un grave problema para la salud pública que durante casi dos años de pandemia ha quedado desplazado y menos visibilizado, es la interrupción de los tratamientos de muchos pacientes con enfermedades crónicas, quienes principalmente han dejado de asistir a las citas médicas por temor a los contagios.
De acuerdo a la información que dio a conocer la Salud Municipal, en Iquique se registra una baja de 65% en los controles, lo que sin duda pone una enorme alerta respecto a las actuales condiciones por las que atraviesan todos estos pacientes, muchos afectados por patologías tan silenciosas como graves en caso de sufrir una descompensación.
La situación ya tiene efectos en el Hospital Regional, recinto donde apuntan que buena parte de los ingresos se relacionan a personas con patologías preexistentes. Esta situación, además, está generando que el servicio de urgencia también trabaje al límite, lo que viene a aumentar la exigencia del personal, que desde marzo de 2020 viene haciendo frente al coronavirus y ya acumula un enorme desgaste.
Los especialistas son claros en explicar que, pese a la actual condición sanitaria, los pacientes crónicos no pueden interrumpir sus tratamientos ya que, junto al peligro de la descompensación, aquello los hace todavía más vulnerables a un eventual contagio por SARS-CoV-2. Al menos hoy las UCIs del país están repletas de pacientes cada vez más jóvenes y con diversas comorbilidades como obesidad, diabetes, hipertensión arterial, enfermedad coronaria, asma bronquial, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, enfermedad renal crónica y daño hepático crónico.
El problema del control no solo se genera en la salud pública, sino que también afecta en la atención privada, ya que muchos médicos han reducido o postergado las consultas presenciales, lo que evidentemente se suma a la histórica falta de especialistas en la región, un problema que no ha logrado ser resuelto por las autoridades.
Es necesario que los pacientes con enfermedades de base retomen sus rutinas y que para ello se generen programas de atenciones especiales, de modo que no solo se diagnostique el problema, sino que también se trabaje en soluciones .
"Los especialistas son claros en explicar que, pese a la actual condición sanitaria, los pacientes crónicos no pueden interrumpir sus tratamientos".