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Vecinos se enfrentan por cortes de luz en hospicio

Luego del incidente, habitantes del sector y compañía eléctrica dijeron que buscarán soluciones con autoridades para resolver esta problemática.
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Pamela Castillo Vergara

Las consecuencias surgidas tras una seguidilla cortes de energía eléctrica en el condominio Altos del Sur de Alto Hospicio, terminó en una discusión entre vecinos quienes intentaban impedir una reconexión irregular. Desde a administración del edificio, como de la empresa eléctrica, CGE, afirmaron que buscan abordar esta problemática en conjunto con las autoridades.

Los habitantes del condominio, afirman que los cortes de energía eléctrica han sido recurrentes. Hace unos días, hubo una interrupción de este servicio que afectó a 5.700 clientes en la comuna, donde muchos vecinos aseguraron haber perdido incluso electrodomésticos.

Este corte movilizó a la empresa CGE a retirar los cables que provocan las bajas de energía y los cortes de luz.

En ese contexto, durante la jornada de ayer, vecinos de las tomas concurrieron al lugar a recuperar la energía eléctrica, donde se provocaron discusiones entre habitantes del sector, quienes intentaban evitar esta acción.

El mayor Jorge Carrasco, comisario de la Tercera Comisaría de Alto Hospicio, aseguró que Carabineros asistió al lugar, donde "hubo una discusión de palabra, pero nada grave".

Diego Duarte, administrador del condominio Altos del Sur, expresó que "nosotros no tenemos por qué estar enfrentándonos con una realidad regional que son las tomas, porque el responsable de eso es CGE, y ellos nos tienen que asegurar un servicio de calidad por el que se le está pagando".

El concejal de la comuna y vecino del sector, José Luis Astorga, agregó que existe un tema por "la perdida de los electrodomésticos por los cortes de energía y bajas de energía. Al final aquí nadie se hace responsable".

Añadió que "han habido enfrentamientos entre vecinos, y lo que puede ocurrir es una desgracia, puede haber una persona fallecida producto de la conexión irregular a la energía eléctrica y más allá de eso, después quién se va a hacer responsable".

El concejal comentó que gestionó para hoy en la tarde, una reunión entre vecinos, administrador del condominio y el gobernador provincial, René Muñoz.

Desde CGE afirman que han intentado tener soluciones a nivel gubernamental, ya que la problemática tiene una base social.

"La compañía ha manifestado a las autoridades competentes, la disposición para aunar voluntades entre todos los organismos de Estado, para atender las necesidades sociales que existen en las tomas de terreno", comunicaron.

Explicaron que durante la jornada de ayer se "efectuó un operativo de descuelgue, con la finalidad de mantener la seguridad y normalidad en la prestación del servicio eléctrico para los clientes regulares del sector".

Además desde la compañía eléctrica, hicieron un llamado "a denunciar las conexiones irregulares, ya que implican un riesgo para la seguridad de las personas, tanto para quienes intervienen las redes eléctricas, como para las familias que habitan en estos sectores".

5.700 clientes, fueron afectados hace unas semanas por un corte provocado por estas conexiones.

pamela.castillo@estrellaiquique.cl

Mirada Constitucional

La Convención Constitucional y la política de la identidad

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Hay algo que amenaza con dañar la esfera pública: la política de la identidad. Esta consiste en que las personas en vez de esgrimir su condición de ciudadanos iguales proclaman su estatus de miembros de un grupo -caracterizado por el género, la etnia o la orientación sexual- para intervenir en la vida política.

Es lo que está ocurriendo en la convención constitucional.

Así lo ponen de manifiesto algunas opiniones que se han vertido a propósito de la elección de quien deba presidirla. Se ha dicho que para que la diversidad se exprese, es mejor que la presida una mujer mapuche.

¿Es esa una buena razón?

La regla de la paridad o la representación de los pueblos originarios es, no cabe duda, un principio correcto. Como el género y la etnia han sido obstáculos históricos para la participación -relegando a ciertos grupos a posiciones subordinadas- es razonable que se haya decidido asegurar su presencia y su voz en del debate mediante la paridad o los escaños reservados. En otras palabras, si hubo desventajas inmerecidas, es correcto moral y políticamente que se las compense mediante alguna forma de discriminación positiva.

Y así ocurrió en las reglas para elegir la Convención Constitucional.

Pero una vez que esas reglas se han ejecutado -una vez que la Convención fue elegida y conformada- ni el género, ni el origen étnico pueden reclamar para sí una condición privilegiada en el debate o en el diálogo constitucional. Todos los miembros de la Convención Constitucional están allí en una condición igual, sin que nadie pueda reclamar una ventaja moral o de otra índole a la hora del diálogo o la deliberación.

Por eso cuando se dice que la presidencia de la Convención debe recaer en una mujer debido a su género y su etnia, y se agrega que ello sería una forma de homenajear la diversidad, se está incurriendo en el error de esgrimir el estatus -un cierto rasgo identitario- como una razón en el debate político. Entiéndase bien: el problema no consiste en que sea una mujer mapuche la que presida la Convención (menos si tiene las características de quien ha sido propuesta) sino en las razones que se han esgrimido para promoverla. La presidencia o cualquier otra posición en el debate constitucional ha de poseerse no debido a la etnia a la que se pertenece, o el género que se posea, sino en atención a las virtudes políticas o intelectuales -que quien ha sido promovida no hay duda las posee- necesarias para presidir la convención, conducir las deliberaciones y zanjar las disputas que en medio de ella se planteen. En otras palabras, una cosa es la razón que se ha esgrimido para que exista la regla de la paridad o los escaños reservados; otra cosa es la posición de quienes fueron electos en conformidad a esa regla. El género y la etnia son una buena razón para que exista la regla sobre cuyas bases se eligió a los convencionales, no una razón para conferir ventajas una vez que la regla se aplicó y ellos fueron elegidos.

Una de las virtudes de las sociedades modernas es que transitaron desde el estatus al contrato; evolucionaron desde asignar posiciones atendiendo al origen a distribuirlas atendiendo al desempeño; y así fueron confirieron poco a poco más importancia a lo adquirido por las personas que a aquello que les era simplemente adscrito.

La política de la identidad que ha seducido a una parte de la izquierda (en especial a la izquierda iliberal) abandona ese ideal de las sociedades modernas haciendo renacer, bajo una nueva forma y con nuevos pretextos, al estatus, al origen, a factores meramente adscritos.

La acción afirmativa, cabe insistir, es correcta como una razón para establecer las reglas de la Convención; pero no puede ser una razón para reclamar ventajas de ninguna índole dentro de ella.

Pero algo de eso se está ya insinuando cuando de manera irreflexiva se piensa que basta esgrimir el valor de la diversidad para abandonar la igual ciudadanía.

Carlos Peña