Primera línea de la salud
La crisis sanitaria, las cuarentenas y sus restricciones, en resumen, la pandemia vivida mundialmente, ha empobrecido al mundo entero. Una crisis que ha afectado a grandes y pequeñas empresas, que no ha discriminado en tamaño de estas, ni en zona geográfica.
Disminución del empleo, y menos ingresos en grupos de escasos recursos, es el resultado del menoscabo del mercado laboral, y esto llevó a la región de Tarapacá a ser aquella a nivel nacional, en que más aumentó su pobreza en los últimos tres años.
Desde el Gobierno se han implementado variadas políticas de protección social a favor de la reactivación económica de la región. Instituciones de fomento como Sercotec, Corfo, Fosis, entre las pertenecientes al Ministerio de Desarrollo Social, han implementado fondos y subsidios de emergencia que han sido un gran aporte. Como agrupación -en pro de la ayuda al prójimo- pensamos que más vale sumar que restar.
Es por esta razón, que el Rotary Club Esmeralda, desde su fundación durante esta pandemia, ha estado preocupado no solo de atender necesidades que afecten a los más vulnerables, sino también focalizar sus fuerzas en un grupo humano desprotegido, catalogado como altamente vulnerable y de gran necesidad, hablamos de la primera línea de la salud.
Fue por esta gran razón, que la primera actividad desarrollada como Club Rotario, consistió en una donación al equipo SAMU, consolidando la entrega de aguas isotónicas y minerales, bebidas energéticas y café, con el fin de ayudar a paliar los desgastadores turnos, que en la actualidad los funcionarios están debiendo cumplir. Posteriormente, también pensando en apoyar el área de la salud, se realizó una donación de 2.500 test de antígenos para detección temprana de Covid-19, entregados a la Cruz Roja de las comunas de Iquique, Pica, Pozo Almonte, y al Servicio Nacional del Adulto Mayor y finalmente se llevó a cabo una acción solidaria nuevamente en apoyo al SAMU, a la Unidad de Emergencia Adulto, e Imagenología, pertenecientes al Hospital Ernesto Torres Galdames, la cual congregó a cinco clubes rotarios de la ciudad, realizando la entrega de 360 colaciones a funcionarios de turnos, que laboran en actividades de atención primaria.
De esta manera, el Rotary Club Esmeralda ha querido ser un aporte no solo al empobrecimiento de nuestra región, y las evidentes necesidades que esta refleja en términos de pobreza, sino también a un grupo humano, que lo ha dado todo en esta pandemia. Verdaderos héroes de esta crisis sanitaria.
"El Rotary Club ha querido ser un aporte (...) a un grupo humano, que lo ha dado todo en esta pandemia".
Mackarena Calderón,, Rotary Club Esmeralda