Los resultados de los deportistas chilenos, y en general de los latinoamericanos en los Juegos Olímpicos que se desarrollan en Tokio, salvo contadas excepciones, están lejos de las medallas y sucumben ante el poderío de las potencias europeas. Y ello no debe extrañar, porque en condiciones normales el panorama era similar, pero en pandemia se ha acentuado por razones atendibles.

La expansión del Covid-19 ha golpeado con fuerza a esta parte del planeta y muy pocos gobiernos han encontrado fórmulas para hacerle frente. Largos confinamientos impidieron que los deportistas pudieran cumplir con un régimen de entrenamiento adecuado para la alta competencia.

En nuestro país los programas de los deportistas se han visto claramente perjudicados y eso terminó por atentar contra sus opciones de mejorar sus marcas y llegar hasta el podio de los mejores.

Se sabía que la pandemia tendría una repercusión en este tipo de actuaciones, porque aunque los esfuerzos individuales se multiplicaban no eran suficientes.

Si bien desde hace algunos meses los Centros de Alto Rendimiento abrieron sus puertas, las competencias de preparación se hicieron en su mayoría online.

Claramente, quienes están en la alta competencia critican que se pudo hacer algo más, para que la participación tuviera un mayor éxito. Tal vez falta una ayuda especial para los deportistas, o facilidades, para que cumplieran con una preparación mínima en una justa deportiva a la que llegan los mejores del planeta.

Los resultados están a la vista y no faltarán quienes critiquen el nivel de los chilenos y piensen que más que asistir a una competencia lo hicieron como un paseo. No obstante, es importante la representación que tuvo el país y el esfuerzo que dieron los atletas.

No es tiempo de mirar con desdén a quienes participaron o que van a participar en Tokio 2020. Quienes conocen del desgaste físico y emocional de cada uno de los integrantes del team chileno saben que pusieron su máximo esfuerzo y si antes era difícil hoy fue aún peor. Hay que reconocer, y estar orgullosos, a quienes en estas condiciones se entregaron y pusieron todo de su parte por el deporte de nuestro país.

"No es tiempo de mirar con desdén a quienes participaron o que van a participar en Tokio 2020".

Perú y Chile iniciaron sus procesos de independencia hermanadas con las demás naciones americanas emergentes, especialmente Argentina y Venezuela. Hubo un tarapaqueño que tuvo el privilegio de firmar el acta de independencia del Perú, Calixto Gutiérrez de la Fuente, hermano del Gran Mariscal Antonio Gutiérrez de la Fuente. Los De la Fuente no solo están vinculados a Matilla, sino a Concepción y Talcahuano desde 1809 con la presencia de Matías de la Fuente y sus sobrinos Calixto, Antonio, Juan y José Gutiérrez de la Fuente.

Después de la independencia, Perú y Chile tendrían otro momento de hermandad conocido como la "guerra en contra de España", debido a la ocupación por parte de la armada española de las islas Chinchas, el motor de la economía del guano del Perú. Chile (también Bolivia y Ecuador) fue a la defensa de Perú, sufriendo el bombardeo español de Valparaíso el 31 de marzo de 1866.

Los centenarios y los bicentenarios de la independencia de los países de Hispanoamérica ha sido un buen motivo de reflexión, porque los pueblos exigen bienestar, seguridad y paz, sin temores de conflictos y querellas, que solo los condenan al subdesarrollo. Por ello, ser testigo como en Matilla se conmemoró el bicentenario del Perú, con alegría y en un ambiente de integración peruano-chilena fue un acicate esperanzador. Matilla fue el lugar privilegiado de los primeros españoles radicados en esta región y que fundaron los linajes que todavía persisten en la sociedad tarapaqueña, y mestizados con los nobles linajes indígenas, fueron la base de la economía minera de la plata y vitivinícola durante el siglo XVIII y salitrera del siglo XIX.

Simbólico es que -en el mismo lugar donde estuvo la hacienda ex Zavala y ahora la Viña Grande de Rómulo Contreras- se realizara esta celebración con la presencia de la cónsul del Perú, Lucy Camacho. Después de los compases de los himnos de Perú y Chile, la estudiantina Santa Cecilia amenizó un momento de alegría donde cantaron y bailaron Jorge Mollo, Rosario Morales, Verónica Huencho, Raúl Castillo, Iver Amas, Daniel Salazar, Enrique Campusano, Elizabeth Luza, Nelson Bugueño, Ingrid Burgos, Natalia Chacón, Fernando Briceño, Belfor Vilca, Juan Carlos Vilca, René Gonzales, Felipe Loayza, Lidia Arroyo, Cristina López, Sandra Molla. Además de la familia anfitriona encabezada por Rómulo Contreras, Carolina Contreras, Olga Campuzano, René Mancilla, Zahi Mancilla y Muxsa Mancilla.

"Matilla fue el lugar privilegiado de los primeros españoles radicados en esta región".

Sergio González Miranda,, Premio Nacional de Historia

Pese a los adeptos, al parecer un cuarto retiro de la AFP ya es un poco descabellado, sobre todo si se mantienen los bonos de pandemia y porque la gran mayoría de las personas que más lo necesitan ya se les acabaron los fondos.

Presencialidad

Si bien es importante que se vuelva a la presencialidad, es importante que se pueda discriminar entre las cosas importantes y aquellas que no tienen ninguna diferencia si se hacen online. En momentos en que se está saliendo de la crisis hay que priorizar.

Indultos

Aunque para algún sector el indulto a los detenidos durante el estallido social responde a una demanda ciudadana, es muy complejo atribuírselo a la mayoría de los chilenos. Lo cierto es que si bien hay quienes apoyan la medida, una gran mayoría no estaría de acuerdo.