Dirigentes vecinales
Hoy, 7 de agosto, se celebra el Día Nacional del Dirigente de Juntas de Vecinos y de otras Organizaciones Comunitarias, una fecha establecida en 1998 por el expresidente Eduardo Frei Ruiz Tagle para reconocer el importante trabajo que estas personas realizan en favor del desarrollo de los barrios a lo largo y ancho del país.
La fecha tiene relación con la publicación de la Ley N°16.880 sobre Juntas de Vecinos y Organizaciones Comunitarias, la que se implementó en 1968 para hacer frente a la pobreza que exhibían las grandes ciudades producto de la alta migración "campo-ciudad", lo que decantó en el incremento de precarios asentamientos que demandaban acceso a una vivienda digna. De ese modo, la iniciativa apuntó a generar una mejor articulación entre las organizaciones sociales y el Estado.
Tras recorrer distintas instancias en el Congreso Nacional y en el Ejecutivo, finalmente se promulgó la iniciativa, lo que luego dio paso a la instalación de otras problemáticas relacionadas con el desarrollo urbano, entre las que se incluyeron el empleo, el deporte y la cultura popular, entre otras.
De esa forma y hace más de cinco décadas, tanto hombres como mujeres han liderado distintos organismos que, evidentemente, se han convertido en una de las bases de la democracia y el diálogo comunitario. Los dirigentes vecinales son, sin duda alguna, un eslabón trascendental de la organización territorial, toda vez que gracias a su gestión se ha logrado avanzar en un sinnúmero de proyectos que buscan mejoras concretas en la calidad de vida de la población.
En más de medio siglo, la sociedad chilena ha experimentado importantes cambios y las relaciones vecinales no han sido ajenas a este proceso. Mientras el individualismo parece apoderarse de distintos sectores del país, todavía quedan muchas personas que luchan de manera altruista por el desarrollo de sus comunidades, permitiendo que el concepto de barrio, en su más pura definición, se mantenga vivo.
Los dirigentes y las organizaciones en las que se desempeñan merecen reconocimiento y más recursos para fortalecer su labor, ya que su desempeño tiene directa relación con el desarrollo real de las comunidades a las que representan.
"Todavía quedan muchas personas que luchan de manera altruista por el desarrollo de sus comunidades".