Menos anuncios, más acciones
Ayer se trasladaron a Colchane, a 3.760 m.s.n.m el ministro de Defensa, Baldo Prokurica; el subsecretario de Interior, Juan Francisco Galli; y el jefe de Estado Mayor Conjunto, general Javier Iturriaga, quienes junto a autoridades locales constataron en terreno el trabajo policial y de las Fuerzas Armadas.
Tras ello se realizaron dos anuncios: el refuerzo de los controles policiales y la instalación de un albergue temporal para los extranjeros que actualmente pernoctan en espacios públicos de Iquique, sin embargo, ninguno de ellos representa una solución o al menos un paliativo concreto.
En cuanto al reforzamiento de la frontera, no se definió cuánto contingente se sumará, sino solo que se iniciará un trabajo colaborativo con el Gobierno Regional que permita apalancar recursos para mejorar la vigilancia en los límites nacionales.
Lo mismo con el albergue transitorio, donde a través de una mesa de trabajo se definirá concretamente cuáles serían las características del espacio y cómo se conseguirán los recursos, que en el caso del Gore se han dado señales que se entregarán fondos regionales.
En este sentido, parece necesario que el problema migratorio del norte se enfrente con recursos provenientes desde el nivel central y que no sean los fondos destinados para mejorar la calidad de vida de los tarapaqueños los que vayan en rescate de una crisis generada por factores externos, tanto a nivel internacional como nacional.
Además, las soluciones parecen no tener fechas definidas, pese a que el problema se acrecienta cada día, donde muchos vecinos de Iquique y Colchane están viendo alterada su tranquilidad con la irrupción de personas en los espacios públicos, quienes al estar en situación irregular, no tienen la posibilidad de trabajar formalmente.
Es de esperar que las soluciones vengan y esta vez no sea como ha ocurrido en el pasado, con anuncios que luego no se concretan. Como dijo el subsecretario Galli, el albergue no es una solución de fondo, pues no evitará que la migración irregular continúe, pero aunque a 2.900 kilómetros no parezca importante, para los iquiqueños es una medida que contribuirá a mantener una ciudad más ordenada y para que cientos de personas, incluidos niños, no sigan viviendo en condiciones vulnerables.
"Parece necesario que el problema migratorio del norte se enfrente con recursos provenientes desde el nivel central ".