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Día Internacional de la Mujer Indígena y los desafíos de los pueblos originarios

Reactivación postpandemia y cambio climático entre principales problemas que enfrentan comunidades.
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El Día Internacional de la Mujer Indígena otra vez es conmemorado en pandemia, pero ahora con mayores expectativas, ya que los contagios van en retirada en la Región de Tarapacá, aunque los pueblos originarios persisten en sus tradiciones y ritos milenarios.

El 5 de septiembre fue la fecha elegida para instaurar el Día Internacional de la Mujer Indígena, una celebración que nació durante el Segundo Encuentro de Organizaciones y Movimientos de América reunido en Tihuanacu, Bolivia, en 1983.

La idea era dar reconocimiento a todas las mujeres indígenas valientes desempeñaron un rol importante en la preservación de la cultura de sus comunidades, así como su lenguaje y fuerza de carácter.

La fecha es en homenaje a Bartolina Sisa, mujer que comandó los ejércitos quechua-aymara en contra de los españoles, a fines del siglo XVIII en el Alto Perú (Bolivia) y que fue ejecutada por seguir sus ideales. Su historia nutre la memoria de las mujeres de los pueblos indígenas del continente.

La mujer indígena enfrenta grandes desafíos, no sólo por los efectos postpandemia, sino también por el cambio climático y la migración desde sus comunidades. Sin embargo, otros cambios radican en el debate constitucional, donde los pueblos originarios tienen una participación activa en la redacción de la nueva constitución del país.

En su última visita a la Región de Tarapacá, el director nacional de Conadi, Ignacio Malig Meza, destacó el rol clave de la mujer indígena en la reactivación postpandemia y preservación de la cultura de sus pueblos.

Por ello visitó en Alto Hospicio a Eulogia Challapa, partera aymara apoyada con un proyecto de mejoramiento de su espacio de atención en salud, donde podrá seguir desarrollando una labor ancestral entre los pueblos andinos.

Posteriormente, en Pozo Almonte, el directivo estuvo con María Caniullán Peña, artesana mapuche que implementó un taller de mosaicos gracias al apoyo del Fondo de Desarrollo Indígena de Conadi.

Meza señaló que "visitamos a dos destacadas emprendedoras indígenas. Una mujer aymara como Eulogia, que es partera, una labor muy importante que establece un vínculo entre la medicina tradicional y la medicina aymara, ella le ayuda con hierbas medicinales a las mujeres y las prepara para una labor tan hermosa como es el parto",

Agrego que "por otro lado estuvimos con Soledad Caniullán, una mujer mapuche, quien realiza trabajos de artesanía en mosaicos, donde refleja parte de su cultura, a quien estamos muy contentos de apoyar a través del Fondo de Desarrollo, ya que en tiempos de pandemia se hace más necesario que nunca la ayuda de Conadi".

El gran ejemplo de las tejedoras aymaras

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Un ejemplo de la mujer indígena son las integrantes de Cooperativa "Aymar Sawuri" ("Tejido Aymara"), quienes están exportando sus productos al extranjero gracias a un convenio establecido entre Conadi y ProChile, que incluye coaching exportador para empresas de agro alimentos y economías creativas, además de talleres en temas específicos.

El convenio entre ambas instituciones considera promover internacionalmente los productos y servicios de empresas indígenas, asesorándolas en materias de comercio exterior y facilitando el proceso exportador.

En el caso de " Aymar Sawuri" los productos de textiles de lana de alpaca, en cuya confección participa la comunidad aimara del altiplano chileno, han llegado a consumidores en Italia, luego de una misión comercial gestionada junto a la Oficina Comercial de ProChile en Milán, que permitió a las artesanas viajar a ese país.

La directora regional de ProChile Tarapacá, Doris Olivares, añadió que "Aymar Sawuri ha sido un ejemplo de trabajo, con una cooperativa que se constituyó como empresa, y que se preparó y capacitó para que sus textiles, que forman parte de su acervo cultural y sus tradiciones, puedan ser conocidos y también utilizados por personas en otras partes del mundo, que valoran la autenticidad y la calidad que se logra con un esfuerzo colectivo".

Eugenia Mamani Choque, oriunda de la localidad de Pisiga Carpa, relató que "fui criada en Escapiña y mi madre siempre me inculcó el tejido, ella conocía todos los tejidos tradicionales, y mi padre también sabia tejer, él mismo se hacia sus pantalones y nos hacía ropa a nosotras".

Asimismo, Marcelina Choque, nacida en Colchane, comentó que "aprendí a tejer de niña y antes sólo vendíamos en las ferias, y se vendía mucho, por ejemplo en las mismas ferias que organizaba la CONADI y también entregamos muchos tejidos para Artesanías de Chile en Santiago, donde notamos que se valora mucho nuestro trabajo. Pero recién con este proyecto, de CONADI y ProChile empezamos a vender hacia afuera, a otros países, y además vendemos a un precio justo, lo que vale nuestro trabajo".

"Nosotras mismas esquilamos la lana de las alpacas entre septiembre y octubre, luego la hilamos, la lavamos, la enmadejamos y la tejemos. Usamos técnicas de tejido de dos pedales, de cuatro pedales y de estaca. Para teñir utilizamos hierbas del altiplano que hervimos y luego aplicamos a la lana", explicó Nancy Mamani, originaria de Camiña.

"Aymar Sawuri" agrupa a mujeres aymaras provenientes del altiplano chileno, de la Provincia del Tamarugal, quienes comenzaron con esta iniciativa el año 2017, con el objetivo de mantener vivas sus tradiciones y técnicas ancestrales, que se han traspasado de generación en generación por varias décadas.

La comercialización de sus productos está basada en el comercio justo, en la protección del medio ambiente y las alpacas de las que obtienen lana, además de contar con productos naturales provenientes del altiplano para sus tinturas.