Las ciudades inteligentes es un concepto mucho más amplio que involucra una serie de ámbitos y sobre todo busca darle una mayor participación a los distintos actores que integran la ciudad. Una ciudad smart es cuando esta logra articular distintos servicios, tanto públicos como privados, y que, gracias a su eficiencia, pueden mejorar el funcionamiento orgánico de una ciudad, generando así, una mayor calidad de vida a los ciudadanos.

Naciones Unidas, señala que el 70% de los seres humanos habitarán en centros urbanos en el 2050.

El proyecto Smart City Lab, financiado por el Gobierno Regional de Tarapacá a través del Fondo de Innovación para la Competitividad FIC, consta de tres grandes etapas, la primera de ella tiene relación a la investigación de un nuevo sistema de control de semáforos inteligentes, la segunda etapa está dirigida al desarrollo de alumbrado público, finalizando con una tercera y última etapa que pretende la construcción y desarrollo de un sistema de ubicación colectiva para mejorar la movilidad en los habitantes de nuestra ciudad.

Hoy estamos en pleno desarrollo de la segunda etapa, el cual a través de la utilización de tecnología de comunicación LoRA y LoraWan, abre las puertas a diversas oportunidades de alumbrado público para Tarapacá, esto quiere decir que en un futuro próximo se podrá no solo ahorrar energía, sino también aportar a la seguridad urbana y reducción de las emisiones de CO2 y protección del medio ambiente.

Desde el punto de vista académico, las ciudades inteligentes son temas que se nos impone como Misión a las Instituciones de Educación Superior, de manera de incluirlo en los Programas de Formación de Profesionales que a futuro puedan desarrollarse y aportar en este campo. Un buen punto de partida es este proyecto llamado Smart City Lab.

"Desde el punto de vista académico, las ciudades inteligentes son temas que se nos impone como Misión a las Instituciones de Educación Superior".

Marcelo Serrano, director proyecto Smart City Lab de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Unap.

Aunque fue decretada hace más de cuatro décadas como danza nacional, solo en las últimas actualizaciones curriculares los profesores de Educación Física son los responsables de enseñar la cueca metodológicamente. Más aún, directores y coordinadores de educación extraescolar aprovechan la ocasión para generar nuevas instancias de participación de la comunidad escolar como lo son muestras de cueca escolar o galas folklóricas entre otras.

Sin embargo, la cueca traspasa la educación formal y, evidentemente, un decreto presidencial.

Los maestros de la cultura tradicional y los folklorólogos que son los estudiosos de estas materias afirman que para definir si una manifestación es tradicional, o no, requiere de una serie de características.

La cueca tiene cada una de ellas: vigencia, carácter, música, vestuario y formas. Vigencia porque está viva, porque la vemos bailar desde el más sencillo escenario hasta el más exclusivo salón, la mantienen viva adultos, jóvenes y niños y aunque no todos pudiesen bailar de la mejor forma, para muchos es un sentimiento comparado con el mejor de los ritmos y bailes de moda.

El carácter viene de la mano del momento que ella adorna como fiestas familiares, casamientos, Fiestas Patrias. Por ser una danza de pareja, esta también está presente en el izamiento del pabellón patrio, acompañando un féretro en un funeral, con un huaso corralero y su corcel. La música es poesía y con letras cada vez más románticas. Su vestuario también es del más amplio espectro, dependerá del tipo de cueca y momento en que se baile.

Los estereotipos del folklore como los ballets y todas las manifestaciones, que tienen por objetivo mostrar un fenómeno adornado con luces, maquillaje, vestidos, figuras de piso, etc., se alejan de la visión tradicional de la misma y aún cuando es relevante y necesaria que exista con la mayor de las calidades posibles, también es necesario estudiar y entender la cultura tradicional.

Los juegos tradicionales también han sido fuente de inspiración para la celebración de Fiestas Patrias en colegios y, si bien existen los tradicionales como el palo encebado, encumbrar volantines y jugar con el trompo, hay otros que también fueron tradicionales y que van en retirada como polcas o bolitas, el salto en pantys viejas, el caballito de bronce y tantos más.

Por último, vale la pena preguntarse ¿cuáles son los juegos tradicionales de hoy?, ya que el folklor no es historia. La cultura tradicional no solo nos identifica, se vive, y convive con nosotros.

Yonathan Fuentealba Henríquez,

docente de la carrera de Educación Física Unab, Concepción

No fueron cincuenta ni cien, ni siquiera mil, sino que diez mil los jóvenes que acudieron al Parque Padre Hurtado a una fiesta masiva donde se alerta que podrían haber asistido personas positivas de Covid-19.

Es verdad que el país pasa por un momento de agotamiento físico y psicológico debido a largos confinamientos y restricciones personales, pero son estas actitudes irresponsables las que echan por tierra el gran trabajo que ha realizado el Gobierno y los equipos de salud para, ojalá pronto, retomar de alguna forma la normalidad pre pandemia.

Esa fiesta masiva es el ejemplo de todo lo que no debemos hacer como sociedad, y por lo tanto se deben ejercer las sanciones más duras en contra de los responsables, pero también es un ejemplo de lo que no debemos hacer en estas Fiestas Patrias. De todos nosotros depende que podamos dejar atrás este año y medio tan duro.

Josefa Hernández

funcionaria de salud