Avanzada la pandemia y enfrentando nuevas políticas sanitarias, los retos que debe enfrentar el sistema de salud son aún mayores, especialmente hacia los pacientes con enfermedades crónicas. Ante esto, el esfuerzo de las entidades de salud deberá orientarse al fortalecimiento de la atención temprana, la continuidad de la terapia, garantizando a los pacientes una adecuada compensación clínica, además de un fortalecimiento en los programas de consulta remota.

Durante este tiempo, las personas con problemas cardiovasculares se han convertido en pacientes silenciosos, que han limitado o detenido sus tratamientos por completo. Los especialistas hemos evidenciado una disminución importante en la asistencia de pacientes a los centros médicos, lo que ha conllevado un aumento en los eventos agudos relacionados con enfermedades crónicas, mientras que se estima que la situación actual representará una carga especialmente importante para el sistema de salud en los próximos meses.

Además, de esta situación de inasistencia, hay que sumar las diferentes estadísticas que se han reportado en torno a las comorbilidades más importantes en los pacientes fallecidos por covid-19, las cuales están directamente relacionadas con la hipertensión arterial y otros problemas cardiovasculares. Las personas con estas patologías son más propensas a este virus, debido a su vulnerabilidad y a las pocas reservas que tienen para enfrentar una infección que en algunos casos es severa.

Las enfermedades cardiovasculares representan la primera causa de muerte en Chile y el mundo, razón por la cual cada 29 de septiembre se celebra internacionalmente el Día Mundial del Corazón, y constituye una fecha importante para volver a recordar la importancia de cuidar nuestra salud cardiovascular. Lo invitamos a acudir a sus controles médicos y a sentirse seguro cuidando su cuerpo de manera integral. Esa es la clave para una buena y mejor vida.

"Las comorbilidades más importantes en los pacientes fallecidos por covid-19 están directamente relacionadas con la hipertensión arterial y otros problemas cardiovasculares".

Dra. María Virginia Araya, directora Fundación SOCHICAR

Iquique es una ciudad que se ha construido por el aporte de población migrante. Históricamente colectivos migrantes de la región latinoamericana y otros continentes, como también desde dentro de nuestro país, se han movilizado para buscar un futuro mejor, construyéndose así nuestro querido Iquique multicultural.

Hoy nos vemos enfrentados como región a una crisis migratoria, que debemos mirar en perspectiva. Esta crisis es un proceso mundial en donde vemos como muchas personas no solo deciden migrar para buscar un futuro mejor, sino que se ven forzadas a abandonar sus países para poder sobrevivir. Ante ello vimos hace poco en redes sociales reacciones a favor del desplazamiento afgano ante la crisis humanitaria que vivenciaban, hoy nos vemos enfrentados a ello en nuestro propio territorio. Cabe preguntarse ¿porque hoy la reacción es distinta a la que tuvimos frente a los afganos?, ¿son de otra calidad los seres humanos que hoy están cruzando en situación límite nuestra frontera?, ¿dónde radica el problema, en las personas que migran, en quienes protestaron contra la migración o en otros espacios?

Desde el Trabajo Social se nos plantea la necesidad de mirar críticamente la realidad, para poder comprenderla y desde allí ver posibles soluciones. Leemos esta realidad desde la vereda de los Derechos Humanos de todos y todas, porque migrar es un derecho humano, sobre todo cuando la vida de las personas está en severo riesgo y no queda otra opción. Seguramente cada uno de nosotros cuando llegamos a un lugar lo hacemos con el espíritu de aportar y no confrontarnos con quienes nos reciben, quienes son desplazados comparten esta misma perspectiva. Quienes migran son seres humanos que sufren, tienen miedo y hambre, no son "otros distintos", frente a lo cual invitando a realizar un ejercicio empático podríamos preguntarnos qué haría yo si estuviese en esa situación. Por eso, es difícil comprender desde dónde emergen reacciones como las del sábado, en donde una manifestación de ideas se transforma en violencia entre hermanos latinoamericanos. Todos buscamos lo mismo "vivir en paz, con calidad de vida".

Entonces, ¿dónde radica el problema si no está en las personas? Desde nuestro punto de vista radica en nuestra conformación social y en un Estado que a la fecha ha sido periférico en presencia y acción. Nos regula un marco legal que está basado en restringir y oprimir, y los resultados están a la vista, más de lo mismo no dará resultado. Por otra parte, cada una de las instituciones públicas que deben articular soluciones manifiestan su imposibilidad de actuar, indicando que la responsabilidad es del otro. La experiencia nos ha enseñado como disciplina que, cuando se enfrenta un problema complejo, se hace necesario tener un marco legal que converse articuladamente con políticas públicas no focalizadas, sino articuladas intersectorialmente. Por eso, es urgente dejar de desplazar responsabilidades, para poder sentarse a dialogar entre instituciones del Estado a nivel central y regional, integrando en ello a asociaciones de migrantes, académicos del área, profesionales de primera línea en el tema y organizaciones de la sociedad civil, en donde el norte sea poder buscar soluciones dignas para todos y todas. Lo planteamos con mucha esperanza y respeto.

Mientras tanto no queda más que actuar desde las organizaciones de la sociedad civil, que se encuentran prestando apoyo. Si esto se agudiza habría que preguntarse ¿a quién beneficia el enfrentamiento entre las personas?

Andrea Comelín Fornes,

presidenta Colegio de Trabajadoras y Trabajadores Sociales de Iquique