Pobreza en la región de Tarapacá
En los últimos dos años, Tarapacá ha registrado una importante alza de la pobreza multidimensional. La cifra se ha visto reflejada, entre otras cosas, en un aumento de las tasas de desempleo y, un aumento de las personas viviendo en situación de calle; fenomeno que debido a la complejidad de los factores que propician esta situación, desde muchas realidades puede ser difícil de comprender.
Inmigración, tratados internacionales, políticas públicas y decisiones políticas, todos factores que contribuyen a mantener un contexto de precariedad que afecta no solo a aquellos que viven en condiciones de depravación económica y social, sino también a quienes deben convivir con todas las problemáticas que socialmente conlleva el mantener espacios de pobreza y marginalidad en una sociedad moderna y en vías de desarrollo, que se ve coartada en su crecimiento económico, social e identitario al no lograr soluciones concretas y efectivas.
Pensar que buenas cifras de ocupación implican un mayor desarrollo general, puede llevarnos a conclusiones equivocas. Actualmente, en nuestra región el desempleo ha ido aumentando, y pese a las prometedoras cifras de pobreza muchas veces anunciadas, las estadísticas centradas en lo monetario no siempre se condicen con la realidad percibida por las personas en el día a día. El mantener altos promedios de ingreso en la región, no garantizan el fin de las carencias de las personas más desprotegidas. Tarapacá es una de las zonas del país con mayores problemas habitacionales, dato reflejado en último el Censo, donde encabeza la lista de las regiones con mayor hacinamiento. Es en este contexto, la explosiva llegada de inmigrantes, sin una política publica que aborde las complejidades que esta situación implica, ha repercutido en que actualmente hay más de mil personas en situación de calle, con las consecuentes condiciones de precariedad social y sanitaria que esto implica.
El desafío que hoy nos plantea esta situación, debido a su enorme complejidad y múltiples variables, es enfrentar desde la empatía la problemática de la pobreza y precariedad que hoy se presenta en nuestra ciudad, ahí frente a nosotros y en gran parte de nuestras calles. La invitación es a que la comunidad pueda ser parte de la solución, se organice para colaborar y, que sintamos que podamos aportar con un granito de arena, granito que puede significar un plato de comida, e incluso un día mas de vida para quien vive en está condición.
"Las cifras concentradas en lo monetario no siempre se condicen con la realidad percibida".
Sandra Yanira Donoso,, Rotary Club Esmeralda