La próxima elección presidencial de este 21 de noviembre está marcada por la incertidumbre, en un escenario lleno de acusaciones y revelaciones de supuestos hechos de corrupción o contrarios a la moral.

En este ambiente, donde autoridades y políticos de distintos sectores se han colgado para sacar provecho ante la cercanía de las elecciones, está claro que los únicos perjudicados son los electores, quienes ven como llueven informaciones, que nadie puede dar completa fe de su veracidad, pero tampoco de que sean falsas.

A lo anterior, se suma una serie de proyectos de ley que comienzan a avanzar en el parlamento en medio de la presión electoral, pero como ha ocurrido anteriormente en unos meses se vuelven a quedar estancados.

Por un lado, es necesario que la clase política deje las antiguas prácticas, pero por otro que la ciudadanía entienda y sea capaz de visualizar, por difícil que parezca dentro de este verdadero enjambre de situaciones que hacen cada vez más compleja una decisión respecto a la elección de quién estará a cargo de dirigir los destinos del país.

Los últimos dos gobiernos llegaron al poder con un alto porcentaje en la votación, sin embargo a los pocos meses se diluyeron ante situaciones que saltaron a la luz pública y decisiones poco acertadas que terminaron en gobiernos con escaso respaldo.

En esta ocasión, son los candidatos de los dos extremos los que mantienen las mejores expectativas, según las encuestas, no obstante estas han estado lejos de acertar los últimos años y más hoy cuando el escenario es bastante difuso.

En la región de Tarapacá, la situación es más compleja aún, luego que la crisis migratoria se ha transformado en un punto de división en lo político, pese a que transversalmente los dados han apuntado al gobierno por la falta de acciones para frenar un fenómeno que se seguirá dando independiente de quien gobierne.

Pero aunque el escenario es complejo, la necesidad de un voto informado y reflexionado es cada vez más importante, donde la idea es que el próximo Presidente de Chile cuente con un gran respaldo en las urnas y este se mantenga durante su mandato.

"Pero aunque el escenario es complejo, la necesidad de un voto informado y reflexionado es cada vez más importante".

Saber que el actual Plan Regulador Comunal es del año 1981 resulta sorprendente, aunque explica por qué nuestra ciudad ha tenido un crecimiento hipertrofiado. El censo del año 1982 registraba una población en Iquique de 110.153 habitantes y los otros asentamientos humanos más relevantes eran Pica y Pozo Almonte, mientras Alto Hospicio no era considerado en ninguna estimación de crecimiento poblacional. Solo unos años antes había dejado de existir la gran oficina salitrera Victoria y, por otra parte, la Zofri iniciaba su instalación.

Han transcurrido cuatro décadas y se ha dejado al mercado inmobiliario definir el desarrollo urbano de la ciudad con todos los efectos colaterales que ello significa, como la desaparición de zonas patrimoniales, la segregación espacial, la densificación del área costera con edificaciones en altura y el impacto negativo sobre el medio ambiente urbano.

Las ciudades expresan espacialmente la cosmovisión de sus habitantes y la innovación de sus autoridades. A través de la televisión todos podemos admirar las grandes avenidas de Paris, que fueron resultado de una innovación realizada por el urbanista Barón de Haussman, durante el mandato de Napoleón III. En Barcelona se implementó un plan dirigido por Idelfonso Cerdá, cuyo mejor resultado fue el barrio del Ensanche, también durante el siglo XIX. Después de la tremenda destrucción de Europa por la II Guerra Mundial, la planificación urbana alcanzó su profesionalización y su interdisciplinariedad, porque el problema de las ciudades no era solo arquitectónico, sino también económico, sociológico, geográfico, etc., porque es imprescindible pensar la ciudad y después intervenirla. Difícilmente, en ciudades europeas vemos el mal gusto de edificios en altura en medio de zonas patrimoniales, tampoco la ausencia de áreas verdes y menos que santuarios de la naturaleza se vean amenazados por el crecimiento urbano. En Berlín, por ley, no es posible la segregación espacial y social, como aquella que dio origen a Alto Hospicio que hoy, irónicamente, tiene mejores posibilidades de desarrollo urbano que Iquique.

El plan regulador se implementará con un atraso de décadas, dejando en evidencia una desidia y una visión del espacio que habitamos que, estoy seguro, no nos representa, porque todos queremos una ciudad inteligente (y su borde costero), regulada, ordenada, con calles amplias y limpias, iluminada y segura, patrimonial y en armonía con el medio ambiente.

"El plan regulador se implementará con un atraso de décadas".

Sergio González Miranda,, Premio Nacional de Historia

En las últimas elecciones hubo varios proyectos anunciados para la ciudad que aún no ven luz, pero otros solo se quedaron en el anuncio y en el movimiento de tierra. La pandemia debe dejar de ser excusa para todo.

Incentivar la lectura

Aunque el poco cariño por el lenguaje que se da en redes sociales es algo de público conocimiento, escasean acciones para promover un mejor uso de este. El incentivo a la lectura y la escritura es necesario con mayores recursos, para que los más jóvenes se interesen.

Mejores canchas

Ante la necesidad de potenciar las actividades al aire libre ante la pandemia, sería bueno que se pudiera echar una mano a los recintos deportivos de la región, incluso incorporando nuevos. La actividad deportiva es clave para una mejor salud.