Microplásticos ayudan a resistencia de antibióticos
Estos contaminantes proporcionan un hogar a los materiales genéticos que fortalecen a las bacterias contra los medicamentos que las combaten.
N.E.
El poliestireno desechado y descompuesto en microplásticos proporciona un hogar acogedor no solo a microbios y contaminantes químicos, sino también a los materiales genéticos que flotan libremente y que entregan el don de la resistencia a las bacterias.
Este fue el descubrimiento de un grupo de investigadores de la Universidad Rice (Texas, EE.UU.), cuyo trabajo fue publicado en el Journal of Hazardous Materials (Diario de Materiales Peligrosos).
El trabajo describe cómo el envejecimiento ultravioleta de los microplásticos en el medio ambiente los convierte en plataformas aptas para genes resistentes a los antibióticos (ARG). Estos genes están protegidos por cromosomas bacterianos, fagos y plásmidos, todos vectores biológicos que pueden propagar la resistencia a los antibióticos a las personas, lo que reduce su capacidad para combatir infecciones.
El estudio dirigido por el ingeniero civil y ambiental Pedro Alvarez, en colaboración con investigadores en China y en la Universidad de Houston, también mostró que las sustancias químicas que se filtran del plástico a medida que envejece aumentan la susceptibilidad de los vectores a la transferencia horizontal de genes, a través de la cual se propaga la resistencia.
"Nos sorprendió descubrir que el envejecimiento de los microplásticos mejora la ARG horizontal", dijo Alvarez. Y agregó : "La diseminación mejorada de la resistencia a los antibióticos es un impacto potencial pasado por alto de la contaminación por microplásticos".
Los investigadores encontraron que los microplásticos (de 100 nanómetros a cinco micrómetros de diámetro) envejecidos por la parte ultravioleta de la luz solar tienen áreas de superficie altas que atrapan microbios. A medida que los plásticos se degradan, también lixivian productos químicos de despolimerización que rompen las membranas de los microbios, dando a los ARG la oportunidad de invadir.
Señalaron que las superficies microplásticas pueden servir como sitios de agregación para las bacterias susceptibles, acelerando la transferencia de genes al poner las bacterias en contacto entre sí y con las sustancias químicas liberadas. Esa sinergia podría enriquecer las condiciones ambientales favorables a la resistencia a los antibióticos incluso en ausencia de antibióticos, según el estudio.