Comercio informal
Un verdadero desorden existe por estos días en el centro de Iquique. El comercio informal se tomó definitivamente las calles y pese al trabajo de Carabineros, solicitado por la autoridad política, es tal la cantidad de ambulantes que las fiscalizaciones no cumplen su objetivo.
Si bien la Municipalidad de Iquique no está entregando más permisos y el alcalde ha dicho que no propiciarán esta actividad, que va en desmedro del comercio establecido, es evidente que las acciones fiscalizadoras llegaron bastante tarde como para ser efectivas.
Por lo mismo, el despliegue policial, aunque permite controlar que no siga aumentando el número de ambulantes que se instalaron en las calles Vivar y Tarapacá, incluso hasta Lynch, no ha significado que los vendedores se retiren definitivamente.
Claramente en diciembre, la alta demanda permite que las grandes tiendas no se vean afectadas, principalmente por su posibilidad de pagar en cuotas, pero quienes más sufren los efectos de esta venta en calle son los pequeños locales en ferias céntricas o locales particulares, los que están obligados a vender los mismos productos más caros, debido a que deben pagar impuestos, arriendos y trabajadores, como también tomar todas las medidas para respetar aforos, de control de temperatura y dispensadores de alcohol gel, que significa una inversión extra.
La problemática de diciembre no se va terminar ahora, pero si se puede trabajar en propiciar que este tipo de vendedores logren la formalidad, por un lado apoyando con los distintos servicios del Estado, pero también fiscalizando a los proveedores, muchas veces empresarios que reparten mercancías a los ambulantes, quienes son los que se arriesgan en la calle.
Esta actividad no solo genera un circulo vicioso que afecta a la economía, sino también a la ciudad, la cual luce desordenada y donde también crecen los índices de inseguridad, generando un ambiente propicio para los delitos.
Hay una urgente necesidad de que un trabajo conjunto de las distintas autoridades, independiente de su color político, apunte a una ciudad más amigable y que se traduzca en un una mejora en calidad de vida para sus habitantes.
"Es evidente que las acciones fiscalizadoras llegaron bastante tarde como para ser efectivas.