El impacto Tuchel, la confirmación de Scaloni, la esperanza en Xavi
Muy pocos entrenadores de fútbol logran llevar a cabo su proceso en un club. La profesión es una de las más inestables, pero hay casos excepcionales.
Agencia EFE
La profesión de entrenador de fútbol de elite es probablemente una de las más inestables del espectro universal. Los DT de clubes grandes y de selecciones nacionales siempre tienen las maletas hechas.
Raros son fenómenos como Sir Alex Ferguson en el Manchester United o Arsene Wenger en el Arsenal, incluso en la actualidad Diego Pablo Simeone en el Atlético de Madrid y hasta de Pep Guardiola en el Manchester City, de largas trayectorias en sus clubes.
El fútbol ofrece múltiples vértices y ejemplos de un lado y de otro. Clubes y federaciones buscan soluciones a situaciones complicadas y la cuerda casi siempre se rompe por el lado de los entrenadores.
En algunos casos, estas medidas dan sus frutos de forma inmediata, como ocurrió con el alemán Thomas Tuchel en el Chelsea. En otros la paciencia y la apuesta por una continuidad a plazo medio produce el efecto ansiado, como con Lionel Scaloni en Argentina. En todos lo que hay es un efecto esperanza. El último ejemplo es Xavi Hernández en el Barcelona.
El Chelsea, que navegaba sin rumbo bajo la dirección de Frank Lampard, anunció el fichaje de Tuchel como su reemplazante.
La llegada del alemán tuvo un impacto súbito. Los 'blues' reaccionaron de forma inmediata bajo la batuta del primer técnico germano de su historia. Su evolución fue tan espectacular que con Tuchel como gran comandante acabó ganando su segunda Champions League.
El caso de Scaloni es el de un técnico que se hizo cargo de forma interina de la selección de Argentina tras la salida de Jorge Sampaoli, que no acababa de convencer del todo en los inicios allá por 2018 pero que acabó por devolver a la gloria a la Albiceleste y poner fin a una larga travesía por el desierto.
La 'Scaloneta', como se ha llegado a bautizar al conjunto argentino, al comando en el césped de Leo Messi, encontró de una vez por todas ese punto que le había faltado durante tanto tiempo.
Y tuvo que ser en Brasil, en el Maracaná, ante la Canarinha. Un gol de Ángel di María, las paradas de 'Dibu' Martínez, el fútbol de Messi, la dirección de Scaloni, llevaron a Argentina a su primer título internacional en 28 años y al primero de la 'Pulga' con la selección nacional.
Roberto Mancini vivió una situación parecida en tiempos prácticamente idénticos. También se convirtió en seleccionador italiano en 2018, en su caso después de que la 'Azzurra' se quedara fuera del Mundial de Rusia.
El preparador de Ancona fue reconstruyendo la selección y el premio final lo encontró así mismo este 2021 con la consecución de la Eurocopa en Wembley ante Inglaterra en la tanda de penaltis de la final. En cambio, no pudo con España en las semifinales de la Liga de Naciones y se jugará en el repechaje el pase al Mundial de Catar.
La esperanza
Xavi representa de forma palpable el caso de la esperanza. El Barcelona, con la pérdida de Messi, de la identidad incluso, inmerso en una más que delicada situación económica, ha confiado en uno de los mejores jugadores de su historia y del fútbol español su anhelo y necesidad de reconstrucción.
Estaba claro que el exfutbolista de Terrassa, que había comenzado su carrera como técnico en Qatar, en el Al-Sadd, iba a acabar siendo entrenador del Barcelona. Esa urgencia llevó a la directiva que preside Joan Laporta a adelantar el proceso como relevo del héroe de Wembley, de otra leyenda del cub, el neerlandés Ronald Koeman.
Tiene tanto trabajo por delante como esperanza hay en el Barcelona y el barcelonismo. En sus primeros encuentros ha confiado en La Masía y paulatinamente parece ir recuperando las señas de identidad.