Observan por primera vez cómo una estrella deforma a su exoplaneta
El astro alrededor del cual gira el planeta tiene una temperatura similar a la del Sol, aunque es 1,7 veces más grande que el mismo.
EFE/ N.E.
Un equipo internacional de científicos observó por primera vez cómo un exoplaneta sufrió una deformación por la fuerza de su estrella anfitriona, un efecto conocido como "balón de rugby" del que, hasta ahora, los astrónomos solo habían teorizado.
Los datos, proporcionados por la misión CHEOPS de la Agencia Espacial Europea (ESA), revelan que el exoplaneta WASP-103b ha sido deformado por las potentes fuerzas de marea entre el planeta y su estrella anfitriona, WASP-103, más caliente y más grande que el Sol.
"Este exoplaneta tarda menos de un día en dar la vuelta a su estrella y su forma es más parecida a la de un balón de rugby que a la de una esfera", dijo Jorge Lillo-Box, investigador del Centro de Astrobiología y coautor del estudio.
El fenómeno no es extraño. En la Tierra, por ejemplo, se producen las mareas de los océanos, resultado de la influencia de la Luna que "tira" ligeramente del planeta mientras órbita.
El Sol también tiene un efecto, pequeño pero significativo, sobre las mareas, pero está demasiado lejos de la Tierra como para causar grandes deformaciones.
En este caso, la estrella alrededor de la cual gira el exoplaneta, llamada WASP103, en la constelación de Hércules, posee una temperatura similar y es unas 1,7 veces más grande que el Sol.
El exoplaneta, WASP-103b, es un planeta gigante gaseoso con casi el doble del tamaño de Júpiter y 1,5 veces su masa, y su extrema cercanía a su estrella anfitriona podría causar mareas gigantescas, algo que hasta ahora no había podido confirmarse.
Usando nuevos datos del telescopio espacial Cheops de la ESA, combinados con datos obtenidos por el Telescopio Espacial Hubble de la NASA/ESA y el Telescopio Espacial Spitzer de la NASA, la comunidad astronómica pudo detectar cómo las fuerzas de marea deforman al exoplaneta WASP-103b, dándole una forma ovalada.
Estos datos se complementaron con imágenes de alta resolución del instrumento AstraLux, en el Observatorio de Calar Alto (Almería), gracias a las cuales se confirmó el origen de la señal.
Cheops mide los tránsitos de exoplanetas, es decir, los cambios de luz que se producen cuando un planeta pasa por delante de su estrella pero esta vez, su alta precisión permitió detectar la diminuta señal que indica que WASP-103b está sufriendo una deformación causada por las fuerzas de marea.