Reacción ante una emergencia
El fin de semana, específicamente el sábado, varias regiones del país experimentaron momentos de incertidumbre luego de la posible llegada de un tsunami a consecuencia de la erupción volcánica en el archipiélago de Tonga, ubicado en el Pacífico Sur. En efecto y tras las coordinaciones y el trabajo desarrollado por la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) y el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (Shoa), se declaró estado de precaución y luego alerta de tsunami, lo que incluyó a Tarapacá.
La acción de los organismos de emergencia tuvo como principal objetivo retirar de las zonas costeras a miles de familias que disfrutaban de la playa, lo que cobraba especial relevancia considerando la época del año, donde el litoral suele ser el lugar predilecto para disfrutar de las vacaciones.
Afortunadamente y más allá de algunos daños que fueron considerados menores, lo cierto es que a las pocas horas la situación volvió a la normalidad sin mayores inconvenientes y, sobre todo, sin ninguna vida que lamentar.
En ese sentido, es importante destacar la labor desarrollada por la Onemi y el Shoa (con la colaboración de la policía marítima, Carabineros y Bomberos), organismos que además de mantener un constante monitoreo de las condiciones del océano, levantaron una comunicación permanente a través de los medios de comunicación y activaron oportunamente las alertas establecidas para tales eventos. Fue así como a través de telefonía celulares, millones de chilenos recibieron los mensajes que alertaban sobre el estado de precaución y luego de alerta. En este último también se activaron las sirenas instaladas en distintos puntos, lo que permitió extender el mensaje a toda la población.
También es justo resaltar la óptima respuesta de la ciudadanía, que de inmediato acató el llamado de la autoridad y abandonó los sectores de riesgo de forma expedita y ordenada. Esto da cuenta de una cultura de riesgo que ha ido avanzando de la mano de la experiencia y fortalecida con los innumerables simulacros que hoy nos permiten estar mucho más preparados ante una crisis. Con todo, la evaluación es positiva y reafirma la necesidad de seguir avanzando en acciones relacionadas con la prevención.
"La acción de los organismos de emergencia tuvo como principal objetivo retirar de las zonas costeras a miles de familias".