Cámara territorial para el Chile descentralizado
En el debate constitucional, se vislumbra que uno de los ejes de mayor convergencia y transversalidad entre los constituyentes, especialmente de aquellos electos en regiones, es descentralizar el poder, acercando las decisiones a la ciudadanía y a los territorios.
En el futuro nuevo orden constitucional, el poder real de los territorios y de los gobiernos subnacionales dependerá en gran medida de los niveles de autonomía, capacidad de autogobierno y grados de descentralización política, administrativa y financiera que se establezca. Siendo esta una condición necesaria, sería insuficiente sino va acompañada además del poder compartido que tengan sobre las decisiones nacionales que las afectan, colegislando, por ejemplo, en decisiones de nivel nacional, participando en decisiones de políticas públicas compartidas entre autoridades nacionales y territoriales y en la distribución territorial de la recaudación tributaria, siendo consultados al momento de contraerse una deuda pública nacional de impacto territorial y aprobando reformas constitucionales que las afecten.
Institucionalizar dicho poder compartido para que los territorios sean partícipes incidentes en la construcción de país y en las definiciones nacionales, no se logra con el actual sistema bicameral espejo (Senado, Cámara de Diputada/as), ni menos con un sistema unicameral (que implicaría un severo riesgo para el proceso descentralizador, e incluso podría volver a centralizar el poder).
Como señalan Julieta Suárez-Cao, Esteban Szumalewicz y Herinch von Baer, en el sistema unicameral, si se sigue el principio de proporcionalidad, quedarían casi sin representación la mayor cantidad de regiones y aún con un sistema electoral mixto que incluya distritos regionales no se logrará el mismo objetivo que con una cámara territorial. La unicameralidad no consagra el poder compartido y, por ende, promueve la desconexión entre las arenas de poder subnacionales con autogobierno y el nivel nacional de poder.
La forma apropiada para lograr un desarrollo social y territorial más equilibrado y justo en Chile, es instituir una Cámara de representación política poblacional (dotada de más prerrogativas), junto a otra Cámara de representación de los territorios (con igual representación para todas las regiones), dotada de poder compartido sobre todas las decisiones nacionales e intereses que afectan a su desarrollo, bienestar y futuro.
"El poder real de los territorios y de los gobiernos subnacionales dependerá en gran medida de los niveles de autonomía".
Julio Ruiz Fernández,, presidente Capítulo Regional Chile Descentralizado