Trabajar por soluciones
Tarapacá atraviesa por días agitados, no cabe duda. El secuestro y asesinato de un comerciante y la agresión sufrida por dos carabineros en el sector de Cavancha terminaron por hacer todavía más evidentes todos los problemas que los vecinos de la región venían denunciando hace bastantes meses, aunque sin ser oportunamente escuchados: los delitos violentos iban en aumento y la sensación de inseguridad se disparaba incluso más allá de los ya históricos índices de victimización y alto temor registrados a lo largo de toda una década.
Hace pocas semanas la voz de alerta la dio el mismo fiscal regional, quien dio cuenta de una criminalidad poco habitual y solicitó a las autoridades la implementación de medidas para combatir estos hechos delictuales, además del alto flujo de personas que durante más de un año han ingresado de forma irregular al país a través de los pasos no habilitados, situación que ha colapsado varios espacios públicos, especialmente en las comunas de Iquique, Alto Hospicio y Colchane.
Aunque este escenario se arrastra hace más de un año, en tres semanas la situación se complejizó y terminó con un paro general al que se plegaron varios gremios de la región y miles de personas que marcharon por las calles para exigir más seguridad y una solución concreta a la crisis migratoria que se extiende en la zona.
Tras el bloqueo, las autoridades -tanto a nivel local como nacional- salieron a comentar el tema y se comprometió la visita del ministro del Interior, Rodrigo Delgado, quien hoy arribará a la región para buscar una salida al problema. No obstante, preocupa que la conversación se instale en el terreno de las trincheras políticas, ya que lo que hoy reclama la ciudadanía son soluciones.
Hoy por hoy las familias tarapaqueñas desean vivir en paz y disfrutar de las bondades de la región. Es importante que todos, independiente del sector político, busquen y propongan las mejores herramientas para salir de esta crisis y se logre devolver a los vecinos la calidad de vida que tanto extrañan y exigen. Luego vendrá el momento de las críticas y las responsabilidades, pero lo que de forma urgente debe ocupar a las autoridades son las soluciones, las que no serán nada fáciles.
"Preocupa que la conversación se instale en el terreno de las trincheras políticas".