A falta de un proceso
Chile, como tantas otras veces en la historia del fútbol, tendrá que volver a sacar la calculadora para ver si llega a un próximo Mundial de Fútbol, esto luego de perder una "final" ante Argentina en Calama y ganó otra en La Paz, tras derrotar a Bolivia por 3 goles a 2.
Es una muestra de la irregularidad que ha mostrado la selección nacional, en especial tomando en cuenta la calidad de partidos que enfrentó en la fecha doble por las clasificatorias que terminó de disputarse la semana pasada. Ante Argentina se preparó una "final" con todo y hasta cambio de localía y aun así no se logró la victoria.
Esa irregularidad es lo que se puede esperar de un equipo en formación que, además, no responde a un plan de renovación concreto y objetivo, que sea capaz de aprovechar lo que queda de los jugadores de jerarquía, junto con la vitalidad, potencia y proyección de jugadores que vengan apareciendo en el medio local.
Hoy el fútbol chileno y su selección es lo que está. Atrás quedaron los tiempos de las generaciones, los ballets, los equipos fantásticos, que hacen ver que los buenos momentos de este deporte en Chile no dejan de ser eso, momentos. Que los buenos técnicos también son momentos, no legados, no hay herencias ni escuelas.
Y es que al final, si no hay una buena estructura, que parta con dirigentes que sepan armar campeonatos como corresponde y que no tengan que mantener en vilo a los clubes cada final de competencia, nuestro fútbol será ese que vive solo de buenos momentos, pero nunca de una personalidad propia y firme. Un deporte que vive al filo de la improvisación y de las sorpresas que da alguna generación especial, algún par de jugadores brillantes o un entrenador que sepa trabajar con lo que hay, sea bueno o sea "más de lo mismo".
Chile mantiene posibilidades remotas de asistir al Mundial de Fútbol de Catar. Sin embargo, si llega a esta cita internacional, claramente no será el exitoso fin de un proceso, ni la manera de coronar la irrupción de un nuevo horizonte en la actividad. El fútbol chileno debe mirar más allá de una posible clasificación para proyectarse, una clasificación por cierto, hoy remota.
"Hacen ver que los buenos momentos de este deporte en Chile no dejan de ser eso, momentos".