Control del comercio ilegal
El lunes, el Presidente Sebastián Piñera promulgó la ley que sanciona el comercio ilegal y que, entre otros aspectos, busca identificar y desbaratar a las bandas de crimen organizado dedicadas a esta actividad. En ese contexto, la normativa apunta a sancionar la venta, reproducción, comercialización o receptación de productos falsificados o no autorizados.
Esta nueva ley ingresó el año 2007 al parlamento y luego de una extensa tramitación fue finalmente aprobada por el Congreso. De acuerdo a la información publicada por el Gobierno, el texto "considera la falsificación, reproducción o venta no autorizada de obras literarias, artísticas o científicas protegidas por la ley de propiedad intelectual; así como también de fonogramas, videogramas, discos fonográficos, cassettes, videocassettes, filmes o películas cinematográficas o programas computacionales protegidos por la ley de propiedad intelectual".
En ese sentido, las policías, los inspectores municipales y funcionarios del Servicio de Impuestos Internos están facultados para fiscalizar su cumplimiento y "requerir los permisos municipales o sanitarios respectivos, así como los documentos que acrediten el origen de las especies que comercializan".
En su promulgación, el Mandatario explicó que las municipalidades podrán establecer lugares donde pueda operar el comercio ambulante, pero siempre bajo permisos y en sitios apropiados para tales efectos, de modo que esta actividad no se traduzca en un menoscabo para los locales establecidos o para los vecinos.
Con todo, esta nueva ley representa un enorme desafío para los municipios, pues es un hecho que el comercio ambulante ha sido un problema difícil de resolver, sobre todo en fechas claves como Navidad, Día de la Madre, Día del Niño, solo por nombrar algunos. En el caso particular de comunas como Iquique y Alto Hospicio, la problemática parece estar desatada, por lo que seguramente se necesitará de una enorme labor para hacer cumplir la ley.
El escenario económico actual y las particulares características comerciales que se dan en Tarapacá demandarán, seguramente, de muchas herramientas para el control y, sobre todo, de una enorme voluntad política para ordenar una actividad que hasta hoy ha ganado la batalla.
"Representa un enorme desafío para los municipios, pues es un hecho que el comercio ambulante ha sido un problema difícil de resolver".