La pandemia enseñó, entre otras cosas, que el mundo ha seguido avanzando en su globalización y alta tecnología, cada vez sorprendiendo más.

Apenas se supo del virus Covid-19 en China, la reacción se fue dando en cadena y en todas las latitudes impactó la epidemia.

Pero a la vez de inmediato la ciencia médica comenzó con los estudios de la posibles vacunas y es así que al poco tiempo se iniciaron los procesos de vacunación en todo el orbe, tan necesarios para prevenir las fatales consecuencias de la enfermedad.

Ahora, el mundo en pocas horas y minutos, confirmando la inmediatez de las informaciones, conoció el inicio del conflicto entre Rusia y Ucrania.

Y aunque físicamente estos países están muy lejos, el impacto sobre todo económico llega a todos los rincones del planeta, y en particular a países y regiones como la nuestra que son muy dependientes de materias primas y suministros energéticos que se deben importar.

Además, que estos productos se importan en moneda extranjera que también tiene un alto valor fluctuante y en la actualidad al alza.

En este contexto, los expertos en economía ya han anunciado que debido a este conflicto internacional, podrían generarse costos extras a productos de alto consumo nacional.

Uno los sectores de la economía, muy sensible, es el energético, el cual ya venía con significativos reajustes.

El valor del petróleo, el gas y otros combustibles, son siempre susceptibles de ser impactados cuando ocurren estos conflictos.

Lo mismo puede ocurrir en otro sector de la economía al ser estos países productores de trigo.

Aunque en el caso de Chile, existen otros mercados más cercanos donde se adquiere este insumo tan necesario para el pan nuestro de cada día.

Asimismo, los expertos señalan que se puede ver impactada la tasa de interés, los fondos de pensiones, todo lo cual se da en un momento de inflación, que todavía se advierte aunque se tomaron medidas para desacelerar la economía en cuanto al alto consumo que se observó hasta el año pasado. Sin embargo, favorece que Chile mantenga su economía ordenada.

"Asimismo, los expertos señalan que se puede ver impactada la tasa de interés, los fondos de pensiones".

La palabra crema ocupa buena parte de nuestro vocabulario oral. Excepto, claro está, aquella que sirve para promocionar ciertos cuidados a la piel. La más conocida tal vez la "Lechuga", en envase atractivo para coleccionistas. En antiguas revistas aparece como producto exclusivo. Se le asocia por cierto a la imagen de una mujer, con sombrero tomando sol. Y aún existe. Para los cuidados de la piel existe una industria cada vez más especializada. Los baños de barros de Mamiña aún siguen siendo milagrosos. Su leyenda da cuenta de la salud que se puede obtener en ese pueblo donde vivió José María Caro.

En las pocas quintas y huertas que había en Iquique, lechugas y acelgas convivían. No eran habitúes en el menú de cada día. Arroz y papa dominaban la escena familiar a la hora de la comida. En el viejo Mercado Municipal, su aroma dominaba el ambiente. La infancia y el hogar tenía ese olor.

Iquique era una ciudad de heladería. Casi en cada esquina había una. Se vendía, entre muchas variedades, helados con crema de mani, algo excéntrico y altamente demandado. Nuestro clima veraniego hacía del consumo de piquichuqui y de otras variantes, un hábito de consumo habitual. Así como había botillerías, había zapaterías y, por cierto, heladerías.

Y no pocas veces quedaba la crema. Razones siempre hay y sobran: un fallo arbitral mal cobrado, una mirada mal interpretada, un vuelto mal dado… Se usaba la palabra como sinónimo de trifulca, de quedar la c… Ayer quedó la crema contaban los grandes. El fallo era a favor del boxeador del "Manuel Sánchez", pero se lo dieron al del "Ramón Montoya". El respetable público perdió la paciencia…Y solía ocurrir en todos los eventos deportivos, con excepción, me imagino, del ajedrez.

La palabra lechuga estaba asociada a la frescura. Una dama iquiqueña fue conocida como tal debido precisamente a su desplante y sonrisa a flor de piel. Su hermano también. "Mas fresco que una lechuga solía decirse", aludiendo con ello a lo suelto de cuerpo, expresión llena de prejuicios, por cierto.

"Y no pocas veces quedaba la crema. Razones siempre hay y sobran: un fallo arbitral mal cobrado...".

Bernardo Guerrero Jiménez,, sociólogo-Unap

Bastantes personas concurrieron ayer a comprar mascarillas, sobre todo para niños. El inicio de las clases presenciales también demanda el consumo de estos artículos, claves en tiempos de pandemia.

A la espera

Muchos en la región están a la espera de la designación del próximo delegado presidencial de Tarapacá. Cualquiera sea el nombre, lo cierto es que tendrá una enorme labor por delante, sobre todo para enfrentar la situación migratoria, que sigue preocupando.

Clases

Es clave que antes del retorno a clases, los padres o apoderados conversen con sus hijos y les refuercen la necesidad del autocuidado para evitar contagios por el coronavirus. También será importante estar siempre atentos a cualquier síntoma de la enfermedad.