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Rusia intensifica su ofensiva sobre Kiev y llama a sus habitantes a que huyan

Columna bélica rusa de más de 60 km se dirigía ayer a la capital ucraniana, que recibió varios bombardeos. El presidente Zelenski denunció ataques directos a civiles, lo que generó la "preocupación" del gobierno chino, aliado de Putin.
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Agencia EFE / L. R. C.

Rusia intensificó ayer su ofensiva contra Ucrania y el centro de sus ataques fueron las ciudad de Járkov y Kiev, capital a la cual el presidente ruso Vladimir Putin envió una columna de más de 60 kilómetros de militares, carros blindados, vehículos y material de artillería

Uno de los bombardeos afectó al edificio de la administración regional de Járkov y dejó al menos diez muertos y 35 heridos, cifra que podía subir porque los rescatistas trabajaban en lugar.

"Es un crimen terrible", dijo el ministro del Interior Anton Geraschenko.

Las autoridades indicaron que los ataques también se sucedieron en los barrios en que vive la población civil, pese a que Moscú asegura que los objetivos son castrenses.

El ministro de Defensa ruso, Igor Konashenkov, aseguró que la ofensiva estará sobre edificios relacionados con la seguridad informática ucraniana, pues sostienen que desde ellos se está librando una guerra.

"Para detener los ataques informáticos contra Rusia se llevarán a cabo ataques con armas de alta precisión contra infraestructuras tecnológicas del SBU (servicio de seguridad) y del centro principal de la unidad de operaciones psicológica de Kiev", dijo Konashenkov.

"Instamos a los habitantes de Kiev que viven cerca de los centros de retransmisiones a abandonar su domicilio", agregó. Tras la alocución, Rusia bombardeó la torre de televisión en la capital, hecho que mató a cinco personas.

"Advertimos a los ciudadanos ucranianos, utilizados por los nacionalistas ucranianos para llevar a cabo provocaciones contra Rusia, así como a los residentes de Kiev que viven cerca de los nudos de retransmisión, para que abandonen sus hogares", insistió Konashenkov.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, rechazó el mensaje de Rusia de que la invasión es una operación en la que solo se golpea infraestructura militar.

"¿Cómo puede (el presidente ruso, Vladimir) Putin hablar de ataques a infraestructuras militares cuando mueren niños y jóvenes? Ayer acabaron con la vida de 16 niños ucranianos", dijo Zelenski en la Eurocámara.

"Tenemos el deseo de ver nuestras futuras generaciones vivas, creo que es un deseo justo", añadió.

El portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, le respondió a Zelenski: "Él puede dar la orden de deponer las armas, entonces no habrá ninguna víctima".

El vocero aseguró que ni con las sanciones económicas frenarán su ofensiva. "Es evidente que no hay nada que hablar aquí, nadie va a cambiar su postura consecuente", afirmó Peskov, uno de los funcionarios de alto nivel sancionados también por Occidente.

La situación que afecta a los civiles llevó a Ucrania ayer a solicitar la mediación de China en el conflicto, que se mostró por primera vez crítico sobre la actuación de su aliado Moscú.

"China deplora el estallido del conflicto y está extremadamente preocupada por los daños a la población civil. En vista de la continua expansión de los combates, la prioridad es aliviar la situación sobre el terreno tanto como sea posible para evitar que el conflicto se intensifique o se descontrole. Pedimos a ambas partes que busquen una solución mediante negociaciones", dijo el ministro de Exteriores Wang Yi.

"La seguridad de un país no puede llegar a expensas de la de otros", añadió aludiendo a la razón dada por Rusia para iniciar su invasión; aunque luego agregó que "no puede lograrse mediante la expansión de bloques militares", hablando respecto a los acercamientos de Ucrania con la Organización para el Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

Salida masiva

La intensificación de la ofensiva rusa llevó a que más de 150 mil ucranianos huyeran del país en menos de 24 horas, con lo que la cifra de personas que han entrado a alguno de los países vecinos subió a 677.000, dijo el alto comisionado de la ONU para los refugiados, Filippo Grandi.

Más de la mitad de ellos se encontraban ayer en Polonia, mientras que 90 mil habían llegado a Hungría, 60 mil a Moldavia, 50 mil a Eslovaquia y 40 mil.

Los fondos se elevan a 1.100 millones de dólares para financiar por los próximos tres meses las operaciones humanitarias en favor de seis millones de personas en Ucrania y en los países vecinos receptores de refugiados.

"Rusia bombardea escuelas, hospitales y áreas residenciales, destruye infraestructura esencial que permite a millones de ucranianos tener acceso a agua potable, a gas, para no morir de frío, y a electricidad. También ha disparado contra autobuses con civiles, automóviles y ambulancias. Rusia está haciendo esto cada día en toda Ucrania", acusó el jefe de Exteriores de Estados Unidos, Antony Blinken.

En un encuentro en Ginebra del Consejo de Derechos Humanos participó telemáticamente el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, que calificó al gobierno de Kiev de ser "neonazi" y de maltratar y violar los derechos de la población rusohablante en Ucrania desde 2014, cuando un movimiento logró la caída del entonces presidente Viktor Yanukovich, aliado de Moscú. Mencionó supuestas "fosas comunes" en la región del Donbás, con muertos causados por bombardeos ucranianos contra Lugansk y Donetsk.

Cuando habló por video Lavrov, que es hace 18 años jefe de la diplomacia rusa y es considerado uno de los colaboradores más próximos a Putin, los representantes de Occidente dejaron el salón.