Se caricaturiza, pero más allá de las bromas, marzo es un mes complicado desde los más diversos puntos de vista. Supone el fin de las vacaciones, el regreso a clases, los gastos y responsabilidades se confabulan para generar una ineludible presión, a la que se debe saber hacer frente, especialmente cuando se comienzan a desarrollar las actividades cotidianas. Es necesario mantener la calma y actuar con tiempo, para evitar accidentes producto de la premura por reanudar el ciclo.

Solo durante esta semana volvieron 150 colegios a clases presenciales, lo que desencadenó un retorno a la "normalidad" solo comparable con lo que había antes de la pandemia. Esto generó grandes congestiones vehiculares en las principales arterias de Iquique y Alto Hospicio. A esto hay que sumar a todos los trabajadores que volvieron a las oficinas.

Por lo mismo, en estos días más que nunca se requiere desplazarse con tranquilidad, ajustar los horarios y, sobre todo, actuar con calma, producto de la avalancha de compromisos y responsabilidades que trae consigo este mes.

Se trata de un período del año especialmente agitado, estresante y que demanda actuar con la mayor responsabilidad posible. En ese sentido, es clave programar y planificar las acciones del día, de modo de evitar el apuro y en consecuencia que las presiones desencadenen en estrés.

A esto se debe sumar los nuevos escenarios que se deben enfrentar, debido a la pandemia del coronavirus, que ha dejado exigencias e inquietudes distintas a las de dos años atrás.

El llamado es a evitar accidentes de tránsito, a tener la paciencia necesaria con los atochamientos que se registran en distintos sectores, especialmente donde se emplazan los establecimientos educacionales.

Se deben retomar los hábitos cotidianos y es importante que la población sea consciente que desplazarse por la ciudad involucra responsabilidad, sobre todo cuando miles de niños también lo hacen.

Si todos cooperan y manifiestan mejor disposición, será más fácil sortear el mes de marzo sin inconvenientes.

"Se trata de un período del año especialmente agitado, estresante y que demanda actuar con la mayor responsabilidad".

Extraña forma de mirar que azotaba a hombres y mujeres en tiempos que el Dr. Francia no daba abasto para tanto enfermos de la "vista". Otros más coloquiales decían "que se le iba un ojo". El izquierdo o el derecho daba lo mismo. Costaba entender cómo los virolos veían el mundo. "Se le va un ojito" decían en tono misericordioso la gente buena que siempre tiene expresiones para suavizar el dolor.

Casi en cada barrio había uno o una. Desconocemos quien oficiaba de oftalmólogo antes del Dr. Francia. Con él, creemos, que empezó esa especialidad médica en la ciudad. Lo mismo sucede con la psiquiatría, existió, el famoso Dr. Ramos, un boliviano, que la gente le colgó el cartel de loco, casi de entrada, antes de conocerlo. En el hospital, había un dentista, flaco, alto de apellido Valenzuela que extirpaba el dolor. Para que hablar de tratamiento de conducto.

Los virolos, sin embargo, pese a lo desafinado de sus ojos, se las batían bien en la vida. En los deportes, que también se juega con la mirada, engañaban al adversario con un simple pestañeo. Y la pelota partía con rumbo contrario. Hacían cachañas con la mirada, cuestión nada fácil. No conocían eso de mirarse en forma fija que los enamorados exigen. Varias canciones hablan de los bizcos.

En la matiné los aquejados por este mal, centraba su mirada, si es que eso era posible, en esos hermosos paisajes que las películas de vaqueros exhibían. O bien en las penumbras de Fu Manchú o del Conde Drácula con su insaciable sed de sangre humana. Eran bizcos, pero esa palabra no era cotidiana tal cual es el pan duque o la melcocha. Menos estrabismo que el Dr. Francia manejaba como quien dice mañana subimos a La Tirana que hay fiesta.

Hoy hay cura para esa enfermedad que conocíamos con el nombre del ojo que se va. Y la palabra virolo, en tanto estigma, empieza a desaparecer. Todos tuvimos más de algún amigo virolo. Para ellos y ellas, estos recuerdos.

"Hoy hay cura para esa enfermedad que conocíamos con el nombre del ojo que se va. Y la palabra virolo, en tanto estigma, empieza a desaparecer".

Bernardo Guerrero Jiménez,, sociólogo- Unap

Ayer se registró una temperatura máxima de 27° Celsius y se pronostica que esta "ola de calor" seguiría durante estos días. Por lo mismo, es fundamental ser cuidadosos al salir de las casas y ocupar protector solar.

Ampliación de zanja

El Jedena del Tamarugal y el ministro del Interior, Rodrigo Delgado, anunciaron que se ampliará la zanja al norte del Complejo Fronterizo de Colchane. Hay que sincerar que esta medida, sumado al mayor contigente militar y policial, ha ayudado a recuperar espacios públicos.

Colisiones vehiculares

Es preocupante que al iniciar cada jornada se conozca de colisiones vehiculares ocurridas durante la madrugada. Lamentablemente, hay muchos conductores de la ciudad que no respetan en lo más mínimo las reglas del tránsito y no saben manejar a la defensiva.