La peligrosa vía de los paros
Esta semana, a los pocos días de asumir el gobierno, la región volvió a sufrir el bloqueo de rutas en un intento de paralización regional.
Si bien los problemas que intentan exponer los dirigentes sociales a cargo de la manifestación parecen muy justos, es importante que se den señales de que no es el camino para ser escuchados o poder resolver las problemáticas.
Un paro genera pérdidas cuantiosas, incomodidad a miles de personas y, además, tampoco genera soluciones, sino que empobrece más a los habitantes de una región.
En este sentido, el gobierno hasta ahora ha salido airoso en estas manifestaciones, se ha sentado a conversar con las personas y ha evitado un mal mayor, sin embargo, es importante que este tipo de medidas de presión puedan pasar a un segundo plano con el fin de que las nuevas autoridades puedan avanzar en soluciones a las problemáticas sociales a través de su plan de gobierno.
Es importante que se busque un equilibrio entre las libertades de las personas a manifestarse, pero a la vez que no se entienda que cada vez que se tenga un requerimiento ciudadano se van a ejercer acciones que entorpezcan el normal funcionamiento de las ciudades.
Sin duda que Chile y el mundo están atravesando una situación compleja, debido a una pandemia que dañó la economía de gran parte del mundo, y sobre todo de las personas más vulnerables y también con un nuevo conflicto bélico que generará más estragos en el futuro próximo, por lo que es importante que se puedan trazar metas posibles de cumplir, sin dejar de lado las necesidades más básicas de los ciudadanos.
La región está pendiente de lo que se pueda hacer en materia de la crisis migratoria, pero también hay problemáticas históricas que afectan a los tarapaqueños, como es el déficit habitacional, los problemas ambientales, el transporte público y la inseguridad, que para muchos requieren soluciones urgentes, pero que difícilmente se podrán dar independiente de la voluntad política que se pueda tener.
Es de esperar que las soluciones lleguen de la mano de las personas y que se pueda avanzar en un país con mejores oportunidades, pero también más tolerante, en todo el sentido de la palabra.
"Es importante que se puedan trazar metas posibles de cumplir, sin dejar de lado las necesidades más básicas de los ciudadanos".