Día de la Tierra
Aunque cada vez ha tomado más protagonismo, la celebración del Día de la Tierra es más bien nueva. La historia comienza en 1969 cuando el senador demócrata Gaylord Nelson propone la introducción de contenidos medioambientales en la enseñanza estadounidense. Un año más tarde, cerca de 20 millones de personas se manifestaron en las calles para exponer la necesidad de generar cuidados medioambientales.
Con el paso del tiempo la iniciativa fue creciendo a nivel global y ya son muchos los países que se suman a las actividades cada 22 de abril, lo que da cuenta de una preocupación que crece, pero que parece todavía resultar insuficiente.
El planeta, nuestra única casa, ha sufrido las consecuencias del desarrollo poblacional, industrial y tecnológico generado por el hombre. Especialmente durante las últimas décadas, miles de actividades provocaron daños significativos en los ecosistemas y hasta la extinción de especies.
A juicio de la ciencia, hoy por hoy enfrentamos días críticos y de no mediar acciones importantes en cuanto al cuidado medioambiental y al comportamiento humano, las consecuencias podrían ser desastrosas para la vida, toda vez que ya experimentamos, por ejemplo, los efectos del cambio climático. En esa misma línea, la Organización de las Naciones Unidas informa que "cada año el mundo pierde 10 millones de hectáreas de bosques, una extensión similar a Islandia; y que alrededor de un millón de especies animales y plantas se encuentran en peligro de extinción".
Avanzar en el tema no es solo una opción, es una obligación, sobre todo con las nuevas generaciones, las que deben heredar un mundo compatible con la vida.
De poco y nada servirá si una vez al año recordamos la responsabilidad que se debe asumir con el planeta. Todos: gobiernos, públicos, privados, particulares e instituciones deben ser parte de la solución, deben aportar de manera significativa para revertir un escenario adverso, pero que puede mejorar.
Bien vale la pena ir generando conciencia, pero también se necesita colaborar con la erradicación de los basurales, el cuidado del agua, la protección de los humedales y la diversidad del altiplano. La responsabilidad es colectiva.
"Avanzar en el tema no es solo una opción, es una obligación, sobre todo con las nuevas generaciones".