Jugar "a la aventura" es beneficioso para la salud mental infantil
Un estudio inglés reveló que los menores que pasan más tiempo andando en bicicleta, saltando y trepando árboles presentan menos ansiedad y depresión.
N.E.
Los niños que pasan más tiempo jugando "a la aventura" tienen menos síntomas de ansiedad y depresión, y se sintieron más felices durante el primer confinamiento por el covid-19, según un estudio de la Universidad de Exeter (Inglaterra).
Los investigadores consultaron a cerca de 2.500 padres de niños (de cinco a 11 años) sobre los juegos de los menores y sobre el estado de ánimo de los mismos en la primera cuarentena por SARS-CoV-2.
Así, el estudio encontró que los niños que pasaban más tiempo en actividades lúdicas "emocionantes", es decir, en las que podían experimentar algún grado de miedo o incertidumbre, tenían menos síntomas de ansiedad y depresión. Asimismo, estos menores presentaron una actitud más positiva durante el primer encierro.
Como juegos "aventureros" o "emocionantes" se consideraron, por ejemplo, actividades como trepar árboles, saltar desde superficies altas, andar en bicicleta o jugar en sitios donde no estén a la vista de adultos.
La investigación, publicada en Child Psychiatry and Human Development (Pisquiatría Infantil y Desarrollo Humano) buscó probar las teorías sobre que el juego aventurero ofrece oportunidades de aprendizaje que ayudan a desarrollar la resiliencia en los niños, lo que ayuda a prevenir problemas de salud mental.
Pese a que las diferencias en los niveles de depresión y ansiedad entre los niños aventureros y los no tanto no fueron demasiado grandes, se mantuvieron incluso después de que los investigadores tuvieran en cuenta una amplia gama de variables demográficas, incluido el sexo de los niños, la edad, el estado laboral de los padres, etc.
La profesora Helen Dodd, quien dirigió el estudio, dijo que "nuestros hallazgos resaltan que podríamos ayudar a proteger la salud mental de los niños, asegurándonos de que tengan muchas oportunidades para el juego aventurero. Esto es realmente positivo porque el juego es libre, instintivo y gratificante para los niños, está disponible para todos y no requiere habilidades especiales. Ahora necesitamos invertir y proteger los parques y espacios naturales para apoyar la salud mental de nuestros niños".