Impunidad migratoria en Tarapacá
Se ha comentado en la prensa y desde el Ministerio Público sobre el caso del Tren de Aragua, esta banda criminal que hoy han extendido sus redes a Brasil, Colombia, Perú, y últimamente, a nuestro país. Para hacerse cargo de esto, el mismo Presidente ha dicho que tomará medidas, pero la realidad es que, pensando en que ingresan clandestinamente y tienen antecedentes penales en su país de origen, no se ve mucha solución, por tres razones:
1-El gobierno limitó las reconducciones -o devoluciones- solo para ciudadanos bolivianos. Esto significa que cualquier extranjero de cualquier país que no sea Bolivia, aún si tiene antecedentes penales, las autoridades no pueden evitar su ingreso o devolverlo al país de donde vienen. Lo extraño es que si entran por Perú si pueden ser devueltos, lo que demuestra que existe una falta de disposición por motivos ideológicos, o una falta de capacidad de negociar con Bolivia, donde es el mismo Ministerio del Interior quien se autoimpone estas restricciones.
2-La nueva administración, desde la llegada del nuevo director (del Servicio Nacional de Migraciones), no ha expulsado a ningún extranjero en abril y mayo por ingresar clandestinamente o tener antecedentes penales en su país de origen. Solo 3 extranjeros, dos dominicanos y un venezolano, se fueron voluntariamente de Chile.
3-Se ha insistido, a través de registros biométricos, que entregarán visa a quienes ingresaron clandestinamente. Minimizar el ingreso clandestino y avanzar, de la mano de la propuesta de la nueva Constitución, en que se debe regularizar y no expulsar, independiente del prontuario del extranjero, es una señal muy equívoca con respecto a garantizar la seguridad de nacionales y extranjeros.
Estas tres medidas generan una señal de impunidad para extranjeros que no quieran respetar nuestras leyes y fronteras, dificultan el actuar de Carabineros y PDI, y es injusto con los extranjeros que solicitaron sus visas y aportan a nuestro país. Si no queremos que se extienda la influencia del Tren de Aragua y aparezcan nuevas bandas, se debe ser claro que en Chile las normas se respetan, pero hasta el momento, en estos 100 días, parece que el descontrol migratorio y la indolencia será la política migratoria del nuevo gobierno.
"Si no queremos que se extienda la influencia del Tren de Aragua (...) se debe ser claro que en Chile las normas se respetan".
Álvaro Bellolio,, ex director Servicio Nacional, de Migraciones