Una situación de riesgo
La seguridad pública, como se ha reiterado en distintas oportunidades, es hoy una de las principales demandas ciudadanas. Los graves hechos delictuales que afectan a la región y el alto número de homicidios registrados durante los dos últimos años, especialmente mediante el uso de armas de fuego, ha instalado una alta sensación de temor en los vecinos y ante ello no es extraño que la población busque formas para evitar los delitos e incluso herramientas para enfrentarlos.
Pese a que la ley contempla lo que se denomina como legítima defensa, lo cierto es que cuando esta se aplica no solo se corre el riesgo de ensañamiento, sino que también se expone la vida de las víctimas, toda vez que la reacción de los delincuentes puede ser todavía más violenta.
Lamentablemente, lo anterior solo reafirma el descontento que existe respecto a la falta de seguridad y a la ineficiencia de muchas medidas que, en definitiva, no han conseguido terminar con este difícil escenario.
En ese contexto, poco a poco comienza a proliferar la venta de artículos de "defensa personal", los que incluso se ofrecen en el comercio ambulante y en pleno centro de la ciudad. Aparecen ahí productos como el gas pimienta, las linternas de electroshock y los bastones retráctiles. Este fenómeno, qué duda cabe, también debe ocupar a las autoridades, primero por el alto riesgo que representa su manipulación y, sobre todo, porque son las instituciones las que tienen el deber de ocuparse de la seguridad pública y de la aplicación de la justicia. No actuar al respecto podría derivar en un espiral de violencia de indeterminadas consecuencias.
Todavía es momento de frenar este fenómeno y para eso es necesario también comenzar a fiscalizar la venta de estos artículos, que hoy por hoy están al alcance de todos en pleno centro y en redes sociales.
El país y evidentemente la región, requieren de manera urgente una mayor inversión destinada a aumentar las dotaciones policiales, no solo con un afán punitivo, sino que principalmente para ampliar la cobertura comunitaria y preventiva de Carabineros, con funcionarios que cada vez deben resguardar áreas más extensas ante el constante crecimiento de las ciudades.
"Poco a poco comienza a proliferar la venta de artículos de "defensa personal", los que incluso se ofrecen en el comercio ambulante".