Hemos visto cómo estas últimas semanas tanto ministros como el Presidente Gabriel Boric han estado en una ardua campaña por el "apruebo" que pareciera ser su principal prioridad, cuando toda la ciudadanía clama por mayor seguridad, frente a la grave situación de inseguridad que vive nuestro país.

La primera responsabilidad de las autoridades y de un gobierno responsable, es adoptar todas las medidas que se encuentren a su alcance para poner fin a las escaladas de violencia, como las que vivimos tanto en la macrozona sur como en la macrozona norte, con distintos orígenes, pero que terminan siendo lo mismo en sus consecuencias, afectando gravemente la tranquilidad de las personas, amenazando su vida, viendo cómo los delitos violentos aumentan día a día y que no tiene atajo alguno, terminando, en demasiados casos, lamentablemente con víctimas fatales en nuestro territorio.

Reconozco que esto no son problemas que han nacido con este gobierno, son problemas heredados, pero hoy día es este gobierno el que está a la cabeza del país y, por lo tanto, tiene que hacerse cargo. No se puede tener como excusa el hecho de que sean problemas que se arrastran.

El gobierno ha pedido plazo para presentar proyectos, indicaciones o para comparecer a las distintas comisiones a ver los proyectos que están actualmente tanto en el Senado como en la Cámara, frenando avanzar en ellos, como los proyectos de usurpación, robo de maderas, narcotráfico, y de crimen organizado, tan necesarios y urgentes, pero eso no ha ocurrido. Hasta el día de hoy no nos han dado a conocer cuál es esa agenda robusta en materia de seguridad, al menos desde el punto de vista legislativo, y que pueda ayudar a poner fin a esta escala de violencia que vivimos a lo largo del país.

En la sesión especial de la Sala por extensión del Estado de Excepción en la macrozona sur volví a solicitar que se atienda también la situación de la macrozona norte, en especial, de la región de Tarapacá, donde bandas territoriales, como el Tren de Aragua y el cartel de Jalisco Nuevas Generaciones, tienen tomado gran parte de nuestro territorio, y día a día avanzan más en esa toma territorial, dejando a los habitantes de estas regiones en la total indefensión y una vez más no fui escuchada.

El viernes el gobierno concurrió al Congreso a pedir la renovación del Estado de Emergencia para la macrozona sur, queremos preguntarle que harán si gana el apruebo donde dicho estado de excepción no existe. Cada día el gobierno es más incoherente y claramente la seguridad de los habitantes no es su prioridad.

"Hasta el día de hoy no nos han dado a conocer cuál es esa agenda robusta en materia de seguridad".

Luz Ebensperger,, senadora

Estimado Director:

Urgente, más información transparente, no tendenciosa, más debates abiertos entre expertos constitucionales (de fuste, no aprendices con hambre de 15 minutitos de fama) de todas las tendencias, aun es tiempo...

Para cambiar la idea, hoy casi institucionalizada del electorado que participará en el plebiscito de salida, y de varios promotores interesados de ambas opciones, de que sí Zutano es de izquierda debe votar apruebo y si Perengano es de derecha debe votar por el rechazo, porque si Mengano, que supongamos siempre ha sido de una de las dos tendencias nombradas y tiene la "osadía" de manifestar que votará por la opción opuesta, le llegan todas las frutas de la estación y no necesariamente por delivery...

Para muestras, botones, por ejemplo, lo que ocurrió en su sector, cuando el ex presidente Lagos, quebró la tendencia, dando su punto de vista, para no aprobar la nueva Constitución, y la complacencia del mismo sector, cuando la ex presidenta Bachelet confirmó, lo que esperaban de ella, de ir por el apruebo, etcétera...

¿Ó no les interesa (ó no quieren) que Zutano y Perengano voten por Convicción y no por la funesta inercia política partidista de siempre?

Luis Soler Milla

Señor Director:

Uno de los aspectos que resaltan en la lectura de la propuesta de nueva constitución es la apropiación de conceptos e ideas derivadas de la política de la identidad. Ésta alude a grupos, usualmente marginalizados o estigmatizados, que han experimentado diversas formas de injusticia y que, por ende, deben ser resarcidos en sus derechos o deben ser reconocidos en su autenticidad (entendida como una identidad dada en un tiempo previo a la opresión).

Sin embargo, toda categorización genérica de este tipo corre el riesgo de caer en lo que podríamos denominar esencialismo identitario, y que implica enfatizar un eje de identidad en desmedro de otros y donde se hace difícil enfrentar los desafíos que la misma filosofía de la identidad ha reconocido con la noción de interseccionalidad. Esta idea dice que ningún criterio identitario puede entenderse como siendo separado de otros. Y por tanto, hablar de "pueblos indígenas", o "disidencias sexuales o de género" sin distinguir, al mismo tiempo, clase, roles y funciones, contextos sociales y étnicos, identidad religiosa o cultural, idioma, edad, etc., es arriesgar representar la experiencia de solo algunos de los miembros del grupo.

Los efectos de esto, como dice Anthony Appiah, pueden ser la de presionar por cierta disciplina; vale decir, de que se imponga una visión sobre lo que significa ser miembro de tal grupo a todos sus miembros. En consecuencia, sea cual sea el resultado en septiembre, cabe cuidar que las intenciones de reparar o reconocer, no vayan en desmedro de inhibir la autonomía individual sobre la identidad propia.

Guido Larson Bosco

Director Instituto de Humanidades

Universidad del Desarrollo