El paseo constitucional
Es un lugar común decir que el proceso constituyente no respondió a las expectativas de cambio que a gritos pedía la ciudadanía. No por eso deja de ser cierto. Lo que quedó al final del día, fue que cantantes, dinosaurios, pikachus, las Teres y Bessys, de derecha e izquierda, y todo tipo de seres, colaboraron a quitar seriedad republicana y sustancia al inédito proceso de construir un texto constitucional con participación y representación ciudadana. Los constituyentes electos en la región de Tarapacá no lo hicieron mucho mejor. La convencional Alejandra Flores enarboló la bandera de la pulcritud y asepsia política, supuestamente inherente a los independientes; por supuesto, omitiendo una larga trayectoria política en clave de la política tradicional y un paso como funcionaria de la administración Bachelet. De ofrecer el reino de los cielos en pro de propuestas contra la corrupción política y el desarrollo regional, terminó interpretando solo a un sector de la población regional, situando su interés en las propuestas de reivindicación aymara y olvidándose del resto de la población. Álvaro Jofre, por su parte, usó la receta de siempre: gracias a él se termina la delincuencia. Discurso recurrente del exconvencional, pero que no tiene ninguna realidad. Incluso, cuando tuvo la oportunidad de hacer la diferencia en su rol de gobernador provincial de Iquique, solo demostró su evidente impericia para desarrollar cualquier medida que tuviera impacto en la seguridad. Su rol en la convención fue simplemente intrascendente. De Hugo Gutierrez ¿qué se puede decir? Lejos de que entienda su rol como líder de un sector, llamado a buscar amplios consensos, solo sembró el rencor manifestado en la intervención de normas que solo es posible entenderlas como una revancha a su biografía y uno que otro gustito personal, cobrándose las cuentas con el Poder Judicial. Cerca de 22 mil millones de pesos costó este paseo, que financió toda la ciudadanía. Con la esperanza de que al final del proceso, contáramos con un texto constitucional sólido, inclusivo y que representará a Chile en toda su diversidad, incluso, a aquellos que no están de acuerdo, pero que son parte también del país.
Todo indica que Chile no está conforme con el resultado y que dicho proceso continuará más allá del 4 de septiembre, día del plebiscito de salida.
Los constituyentes de Tarapacá deben dar una explicación a la comunidad regional por dicho resultado y asumir su responsabilidad política en el paupérrimo resultado.
Cristián Sagredo