En medio de su participación en la toma de posesión del nuevo mandatario de Colombia, Gustavo Petro, el pasado 7 de agosto, nuestro Presidente Gabriel Boric sostuvo que en el último tiempo las relaciones con Bolivia han "avanzado de forma significativa".

Su aseveración se respalda con el diálogo que permanentemente ha tenido con su par boliviano, Luis Arce Catacora y que fue formalizado, el 22 de julio, por los cancilleres Antonia Urrejola y Rogelio Mayta, quienes en el marco de la Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur en Paraguay, anunciaron la reactivación de la hoja de ruta, iniciada el año pasado, e impulsar una agenda de "confianza mutua".

Este acercamiento busca iniciar una nueva etapa en la relación bilateral; que fomente el desarrollo social y económico de ambos pueblos.

Todo esto se da mientras cerramos mañana nuestra participación como Ciudad Invitada en la XXVI Feria Internacional del Libro de La Paz, firmamos entre el jueves y el viernes protocolo de intenciones de acuerdo con el alcalde paceño, Iván Arias y el orureño, Adhemar Wilcarani, nos reunimos en la Asamblea Legislativa boliviana con autoridades del vecino país para adherirnos a la construcción de la ruta que unirá a Potosí con Tarapacá, a través del hito 60 y pudimos conocer al nuevo cónsul chileno en Bolivia, embajador Fernando Velasco, a quien le manifestamos toda nuestra disposición para colaborar en su gestión.

Lo que ayer era criticado, hoy es reconocido. Iquique, en medio de un proceso político interno de descentralización dispone de una agenda clara de desarrollo, que determina que una mayor integración con Bolivia permitirá otorgar más dinamismo a la economía regional.

Creemos que los aires de cambio en Chile favorecen la visión y opinión que tienen las regiones para decidir su presente y futuro y reconocemos la disposición que hemos tenido de parte del Gobierno con nuestras propuestas de integración.

Nos adelantamos al nuevo contexto institucional y elaboramos propuestas ceñidas a la política exterior nacional, pero con un enfoque territorial considerando siempre a Iquique como una ciudad de servicios proyectada al Centro Oeste de Sudamérica.

Urge la reactivación de los comités de Integración, poniendo en el primer punto de la tabla; la modernización de nuestro complejo aduanero en Colchane, para así favorecer el comercio internacional y la actividad turística entre las dos zonas. Esperamos que el anuncio de la Ministra Interior, en este sentido, se concreten lo más rápido posible. En este viaje constaté que los funcionarios del Complejo no pueden hacer mejor su trabajo si sola están dotados de un timbre y lápiz.

"Este acercamiento busca iniciar una nueva etapa en la relación bilateral".

Mauricio Soria Macchiavello,, alcalde de Iquique

La Negra Ester comprende una de las obras más populares de nuestro País, fundada sobre una narrativa que muestra el turbulento escenario amoroso vivido por Roberto Parra Sandoval, un connotado músico y dramaturgo chileno popularmente conocido como el "tío Roberto" y quien expresó a través de sus décimas el amor hacia una mujer que le cautivó el corazón en el puerto de San Antonio. Antes de comenzar con el relato, se hace importante desmarañar aspectos esenciales de "La Estercita", tal como afablemente el "tío Roberto" hacía alusión a la "Negra Ester". El verdadero nombre de nuestra protagonista era Berta Ovando Rojas, quien nace durante el atardecer de un 19 de junio de 1917 en el hospital de la Tierra de Campeones (Iquique) que para ese entonces era conocido como el Hospital de Beneficencia. Paralelamente, con base en los escasos registros obtenidos, hoy además podemos mencionar que el nombre del padre era Manuel Ovando, un hombre que practicaba la actividad de jornalero, mientras que su madre Petronila Rojas dedica a labores del sexo.

Para principios de siglo pasado, el alicaído escenario iquiqueño debido a la devaluación del peso y el alza de los precios que actuaron como elementos catalizadores en la huelga salitrera, culmina con el trágico acontecimiento celebrado en la Escuela Santa María de Iquique, y a pesar de este tenso escenario, la infancia de Berta se llevó a cabo en su hogar ubicado en la calle San Martín, de numeración mil ciento sesenta, frente a la emblemática Plaza Arica de Iquique, lugar en donde actualmente se celebra "La Tirana Chica". Subsecuentemente, el acaecimiento de los sucesos presenta un gran abanico de interrogantes, sin embargo, la vida de Berta en tierras nortinas culmina previo a sus 18 años, marchando del norte grande, inclusive sin finiquitar su ciclo escolar. A pesar de todo, la gran Estercita logro manejar perfectamente la lectura y la escritura.

Una vez establecida en San Antonio y tras la muerte de su madre, la Negra Ester concurre donde la Huasa Elena, dueña del mítico local Luces del Puerto, es ella quien le otorga una plaza para realizar actividades de cocina y aseo. Con el paso del tiempo y la belleza cautivadora, de intrínsecos rasgos norteños (p. ej. 165 cm de altura, piel trigueña) conducen a la Estercita para consagrarse como la gran iconicidad de las Luces del Puerto, y en donde grandes personajes tales como políticos, jueces, militares, entre otros concurrían esporádicamente. Dentro de este contexto, el "tío Roberto" que era un músico de prostíbulo, expresaba de manera nostálgica que La Estercita fue su mujer, y que su historia fue una parte de su vida. Por otra parte, a pesar de los sentimientos y amoríos, Berta celebra matrimonio con un zapatero un 27 de agosto de 1975 a las 10:00 am en San Antonio. Poco tiempo después, su matrimonio no llega a buen puerto, en gran parte explicado porque ni el zapatero ni el tío Roberto eran el gran amor de La Estercita y en donde, según mencionada José Luis Brito (director del Museo de San Antonio) el verdadero amor fue un hombre perteneciente a la Escuela de Ingenieros Militares.

En cierto modo, y similar a un anacoreta, la vida de Berta Ovando parece ser bastante solitaria, triste, carente de atención, y caracterizada por un periplo pedregoso y de bastante desprestigio a lo largo de nuestra historia. Durante los últimos años la suerte pareciese no haber estado de su parte, incluso contrayendo tuberculosis cercana a sus 70 años. Finalmente, Berta Ovando Rojas nuestra gran Estercita fallece en San Antonio un 16 de mayo de 1991 con causa de muerte caquexia.

Lamentablemente, las concatenaciones de la vida hicieron que la Negra Ester muriera en soledad y aislada del gran amor de su vida. En adición, la Estercita nunca logró conocer las epistolares décimas de Roberto, las que incluso subsecuentemente se transformarían en el corazón de una de las obras más populares de la cultura chilena. De este modo, la intención del documento es recuperar la identidad de uno de los grandes personajes nacionales, es decir, a nuestra iquiqueña protagonista de la famosa obra de teatro chilena llevada a escena por la compañía Gran Circo Teatro dirigida por Andrés Pérez y en donde se narra los acontecimientos de cómo se gestó el robo del corazón al tío Roberto. Por lo tanto, a pesar de que la identidad de Berta se ha ido desvanecido en el tiempo y que en gran parte solo queda su famoso seudónimo de Negra Ester, su vida va más allá de una historia de amor forjada en la bohemia y prostitución.

Diego Rojas Martel