Bolsonaristas van a las puertas de los cuarteles militares y piden un golpe
Manifestantes se dieron cita a las afueras de los recintos castrences en las principales urbes de Brasil.
Agencias/EFE
Miles de personas se concentraron ayer desde temprano frente a las puertas de cuarteles en Sao Paulo, Brasilia y Río de Janeiro, para exigir una "intervención militar" contra la victoria electoral del líder progresista Luiz Inácio Lula da Silva.
Las concentraciones, en las que los manifestantes proclaman que "autorizan" al presidente Jair Bolsonaro a llamar a las Fuerzas Armadas, fueron convocadas a través de las redes sociales por los grupos que apoyan al gobernante y no reconocen la victoria de Lula.
La consigna en todos los casos fue la misma: "Intervención federal", bajo el artículo 34 de la Constitución nacional, que en uno de sus puntos dice que el Gobierno central puede intervenir, si fuera necesario y por los medios posibles, para garantizar la "forma republicana, el sistema representativo y el régimen democrático".
La excusa, según carteles mostrados por los manifestantes, fue también la misma y es que un Gobierno de Lula llevará a Brasil al "comunismo" e implantará un régimen similar al que viven países como Venezuela o Nicaragua.
También reclamaron por un supuesto fraude, una hipótesis que ha sido negada por la justicia electoral y todos los partidos y las instituciones, que reconocieron la victoria de Lula, al igual que cientos de gobiernos extranjeros.
Las movilizaciones fueron convocadas paralelas a las protestas de camioneros que bloquean carreteras con el mismo objetivo desde el pasado lunes, aunque esas manifestaciones perdieron fuerza después de que el propio Bolsonaro las desautorizó y ordenó que el Gobierno inicie el proceso de transición con el equipo del vencedor.
Según la Policía de Carreteras (PRF), ayer, feriado en Brasil por el Día de los Muertos, persistían 167 bloqueos de camioneros, de los cerca de 500 que había el pasado lunes, un día después de la segunda vuelta.
En uno de esos bloqueos, en la ciudad paulista de Baruerí, los camioneros se negaban a levantar la protesta, pero fueron reprimidos por la policía con gases lacrimógenos, lo que generó pequeños incidentes, hasta el momento sin víctimas.
La protesta de los camioneros, sin embargo, debería terminar de diluirse hoy, cuando se inicie formalmente el proceso de transición entre el equipo de Lula y del presidente Bolsonaro.
Los "golpistas" fueron desautorizados por el propio Bolsonaro en su declaración afirmó que "las manifestaciones pacíficas siempre serán bienvenidas, no pueden ser las formas de la izquierda, que siempre perjudicaron a la población, como la invasión de propiedades o la destrucción de patrimonio".