Discapacidad y autonomía
La persona con discapacidad se reconoce a sí misma con necesidades sanitarias, sociales, técnicas y humanas. Pero también se reconoce capaz de controlar su propia vida, de decidir y evaluar su propia situación y tomar decisiones al respecto. Así lo plantea el movimiento de Vida independiente que en el mundo ha reclamado respeto hacia las decisiones individuales, hasta donde sea posible en cada caso.
En nuestro país la Ley N°20.422 (2010) está basada en cinco principios universales correspondientes a: vida independiente, accesibilidad universal, diseño universal, intersectorialidad y participación y diálogo social. Todos ellos, orientados a favorecer la autonomía y el desarrollo de la libertad individual.
Hoy me quiero centrar en el principio de Vida Independiente ya que, como Programa de Habilidades Laborales, apuntamos directamente a este propósito, al brindar acceso a personas en situación de discapacidad a la formación universitaria y al mercado laboral.
Senadis señala que este principio se relaciona con que el Estado es el que permitirá que una persona tome decisiones, ejerza actos de manera autónoma y participe activamente en la comunidad. En general se ha avanzado en inclusión para las personas en situación de discapacidad, aunque por cierto existen todavía brechas, como las que Teletón pone en evidencia durante su campaña.
En este punto es importante preguntarse qué sucede con las personas con discapacidad intelectual (PcDi), de quienes percibimos, al momento de llegar a la Educación Superior, que en las etapas previas no se ha potenciado lo suficiente su autonomía ni independencia desde la Escuela y la Familia.
Es recién en este contexto que comenzamos a hablar sobre estos temas, a escucharlos, a validar su opinión, a presentarles la comunidad y a generar acciones para potenciar su inclusión social a través de prácticas laborales, salidas a terreno, actividades curriculares con los estudiantes de otras carreras, la participación en talleres deportivos, culturales, como también el motivarlos a vivir la vida universitaria.
Hace falta la presencia de altas expectativas y de un trabajo articulado que desde la infancia apunte al desarrollo de la vida independiente futura de ese niño, ya que hasta el momento son las familias quienes van tomando las decisiones por los hijos, asesorados por equipos profesionales, pero sin hacerlos participar ni ejercer sus derechos como personas.
Resulta fundamental entregarles las herramientas necesarias para que el principio de vida independiente no quede plasmado sólo en una política y así vayamos derribando las barreras que aún existen y que no permiten garantizar la inclusión social de todas las personas.
"Hace falta la presencia de altas expectativas y de un trabajo articulado".
M. Florencia Iriarte, Directora programa Diploma en Habilidades Laborales, Universidad Andrés Bello, Sede Concepción