Seguridad pública: necesidad de mejoras
La inseguridad es una de las principales preocupaciones de los chilenos y en particular de los tarapaqueños, algo que parece agudizarse tras la pandemia, años en que al parecer las cifras se tendieron a congelar.
En la actualidad la situación del crimen organizado, el aumento de los homicidios y, en general, de los delitos con armas de fuego son también una preocupación del Gobierno ante la escalada de los delitos, influenciados no solo por la mayor organización que tienen las bandas criminales, con modelos traídos desde el exterior, sino también con la crisis económica que afecta al mundo entero, donde históricamente se percibe un aumento de la actividad delictual.
Sin duda es una temática que debe ser abordada transversalmente y con el apoyo de todas las instituciones si es que se quieren resultados, sobre todo cuando abundan las miradas reduccionistas que buscan adjudicar el aumento de delitos solo a la migración clandestina.
Todo proceso migratorio trae consigo tanto efectos positivos como negativos, sobre todo en el caso de ingresos que se dan de forma clandestina, donde no se conoce bien quién está llegando o saliendo del país por los pasos no habilitados, pero creer que simplemente es este fenómeno el que ha generado el aumento de la violencia en los delitos hace que no se pueda alcanzar una solución real a la problemática.
Chile tiene una gran oportunidad para generar un plan serio para afrontar el aumento de delitos, como también para, en paralelo, mejorar la problemática migratoria con una política más realista y acorde a los tiempos que se viven. No obstante, es necesario que se separen ambas realidades, independiente de que puedan tener puntos en común.
Los chilenos están, más que nunca, a favor que se invierta en seguridad y para ello es importante que se modernicen las policías, se adquiera mejor equipamiento y se fortalezca el proceso judicial, pero también es clave que se generen medidas alternativas más relacionadas a la prevención del delito y a la oferta de oportunidades para las nuevas generaciones. Chile aún está a tiempo de afrontar de mejor manera la problemática delictual, pero para ello se requiere un trabajo serio, responsable y sin mezquindades políticas.
"Es una temática que debe ser abordada transversalmente y con el apoyo de todas las instituciones".