La región presenta el mayor aumento de casos de coronavirus de todo Chile en las últimas semanas. Según cifras del Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales de la Universidad Católica, Clapes UC, Tarapacá aumentó un 50% sus casos durante los últimos 10 días y tiene un promedio de 312 contagios por cada millón de habitantes.

La situación es preocupante, no solo por el covid, que en la mayoría de los casos genera cuadros leves, sino por el aumento en general de las enfermedades respiratorias, luego de años de encierro a raíz de la pandemia.

Lo anterior también se ve agravado por la falta de stock en farmacias locales de los medicamentos para contrarrestar los efectos de estos virus, en especial en los niños, lo que llama a tener un mayor cuidado de cara a las fiestas de fin de año.

En este periodo las aglomeraciones, como también las masivas reuniones familiares y fiestas son el escenario perfecto para que este tipo de virus se multipliquen y no solo generan un efecto en la salud, sino también en las familias que se preparan para salir de vacaciones.

Según la Seremi de Salud, en la última semana se generó un alza en la positividad de los casos covid que llegó al 16,83%. En este sentido, se hace primordial que se puedan completar los esquemas de vacunación y en el caso de los grupos correspondientes, inocularse con la vacuna bivalente.

Para que los virus respiratorios no se propaguen es imprescindible reforzar los hábitos ya aprendidos durante la pandemia, como el usar mascarilla en todos los contextos en que nos encontremos en aglomeraciones o cuando existan síntomas respiratorios. A esto se suma el lavado de manos constante y ventilar los espacios al interior del hogar.

Por otro lado, es necesario que la autoridad siga reforzando los equipos de salud para mantener a raya no solo el virus del covid-19 y sus variantes, sino también otras enfermedades que han llegado más agresivas tras dos años de encierro. Es indispensable tomar medidas preventivas con el fin de tener un mejor 2023.

"En la última semana se generó un alza en la positividad de los casos covid que llegó al 16,83%".

Tenemos la percepción que América Latina, y Chile no escapa a ese problema, ha entrado en un espiral de inestabilidad social y política, especialmente debido a la profundidad de la corrupción y la violencia, sumado a otros como el narcotráfico, la migración irregular, la pobreza extrema, la discriminación social y cultural, etc., lo que ha tenido su impacto en el desprestigio y desconfianza de las instituciones del estado. Lo sucedido en Perú es posiblemente el caso más notorio de ese desprestigio y desconfianza en las instituciones, cuyas consecuencias todavía desconocemos. Ese espiral de inestabilidad social y política no tiene un origen reciente, sino que es producto de un largo proceso de pérdida de valores fundamentales a escala de toda la sociedad. Sergio Boisier nos hablaba de un capital intangible muy importante y que, en mi opinión, es clave para comprender el fenómeno descrito: el capital cívico.

Esta forma de capital está muy asociado al capital social y al capital institucional, porque se refiere a la capacidad que tiene una determinada sociedad para hallar soluciones cooperativas. Requiere de un largo proceso de inculcación pedagógica para que se internalice en la cultura y se exprese en el comportamiento social (Pierre Bourdieu le llama habitus). Chile se caracterizó -a nivel latinoamericano- por su capital cívico, porque nuestros antiguos profesores no podían comprender la enseñanza sin educación cívica, hasta que desapareció de los programas, en la medida que se arraigaba la idea neoliberal de un individualismo compulsivo.

El capital cívico es el que nos lleva a respetar a la democracia con todas sus virtudes y sus carencias. Una sociedad con un alto capital cívico no requeriría, por ejemplo, de un voto obligatorio para que las personas fueran a las urnas. También sería una sociedad más protegida de la corrupción y de la anomia.

El acuerdo que recientemente abrió el camino de un nuevo proceso constituyente en Chile, nos indica que todavía podemos girar a cuenta de ese capital cívico que nos distinguió durante el siglo XX. Quizás también nos haya protegido -hasta ahora- de los populismos que han caracterizado a nuestra América Latina. La confianza en el prójimo está relacionada con el capital cívico, porque este exige la presencia de valores y normas comunes, cuyas agencias principales son la familia y la escuela.

"El capital cívico es el que nos lleva a respetar a la democracia con todas sus virtudes y sus carencias".

Sergio González Miranda,, Premio Nacional de Historia 2014

Previo a las fiestas de fin de año es necesario tomar los recaudos en los hogares con el fin que el sistema eléctrico esté funcionando correctamente, además de comprar luces con certificación que eviten incendios.

Basura en calles

Aunque muchos piden aumentar las sanciones, lo cierto es que la única forma de mejorar la limpieza de las calles es reforzando la educación a todo nivel, difundiendo el respeto al medio ambiente y "poner de moda" ser ecológico, sobre todo en los niños.

Evitar el estrés

Pese al difícil momento económico, miles de personas aprovecharán este fin de semana para ir cerrando los regalos navideños. Lo mejor es salir temprano, armarse de paciencia, cotizar y evitar el estrés. La idea es disfrutar en estas fechas tras años complejos.