Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Deportes
  • Clasificados
  • Tiempo Libre

Cepa de vino tarapaqueño cumple 20 años y se prepara para ser exportada

En 2003 comenzó el rescate de plantas centenarias que dan origen a una cepa única en su especie.
E-mail Compartir

Germán Pozo-Sanhueza

A125 kilómetros al suroeste de Iquique se encuentra ubicado, entre los poblados de La Huayca y Matilla, la Estación Experimental Canchones de la Universidad Arturo Prat (Unap), sitio donde se produce Vinos del Desierto, licor que, desde 2019, se comercializa en algunos restaurantes y hoteles de la región como Rayú, Doña Filomena, Club Náutico y Hotel Caiti.

Actualmente, en la Estación Experimental Canchones, junto a la alianza que están trabajando con ProChile, se están alistando para exportar los productos, no solo a otras regiones del país, sino que a otras latitudes del planeta. También trabajan desde 2020, con Teck Quebrada Blanca, capacitando agricultores de la provincia del Tamarugal sobre el cultivo de la cepa y entrega de insumos durante este año, para ampliar la superficie vitivinícola de la región.

Historia

Hace 20 años que este proyecto comenzó a operar cosechando cepas de vinos, que datan de fines del siglo XVI, época donde la zona del Oasis de Pica y la Pampa del Tamarugal tenían producción vitivinícola, que abastecía a las salitreras, mineras e incluso era exportada a Potosí del entonces Alto Perú, hoy territorio conocido como Estado Plurinacional de Bolivia.

Oporto era el nombre que recibía aquel vino dulce de alta graduación alcohólica que se produjo hasta 1949, que pausó indefinidamente la siembra de sus viñedos, debido al término de las salitreras, sumado a la competencia vitivinícola de la zona central del Chile, los elevados impuestos de la época y la expropiación de acuíferos hacia Iquique.

Pausa que llegó a su fin en 2003, cuando se rescató material vegetal olvidado en el tiempo que estaba esparcido por el desierto, procedentes de plantas antiguas con más de 500 años de antigüedad, que sobrevivieron a condiciones extremas del desierto más árido del planeta Tierra.

A partir de la extracción, se realizaron evaluaciones agronómicas junto a análisis moleculares para determinar si correspondían a una variedad conocida, que terminó siendo la cepa País, introducida por los colonizadores españoles en la zona, junto a Gros Colman proveniente de Georgia, que perteneció a la antigua Unión Soviética. También fueron detectadas la Ahmeur bou Ahmeur de origen argelino junto a la Torrontés Riojano autóctonas del vecino país de Argentina.

"Son cepas que tienen una historia vitivinícola en la región de Tarapacá. Son plantas adaptadas a las condiciones del desierto más árido del mundo, caracterizado por altas temperaturas diurnas, sobre los 30°C, durante todo el año, alta radiación, ausencia casi absoluta de precipitaciones y suelos salinos", señalan los ingenieros agrónomos Marcelo Landino e Ingrid Poblete, investigadores que llevan a cabo el proyecto "Vinos del Desierto".

"Terminados los análisis, no fue posible identificar una de las muestras que tenga relación con las existentes, la cual se registró en el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), pasando a constituirse en la primera cepa vinífera chilena registrada, originaria de la región de Tarapacá, denominada "Tamarugal", lo que permite a la región contar con dos de origen exclusivo y que poseen un "terroir" único. Los vinos producidos han obtenido reconocimientos de calidad en concursos nacionales e internacionales como los premios CAV y C´atador Wines Awards", añadieron.